El intento de iniciar “pacifica y calladamente” las clases naufragó, con 14 jurisdicciones parando en rechazo a los acuerdos salariales entre la burocracia y el gobierno, sea nacional o provinciales. Pero además porque el objetivo de alargar el ciclo lectivo, agregando días de clase en marzo y en diciembre, se transformó en un conflicto de proporciones ante el calor y la falta de equipamiento y de agua en las escuelas.

Una a una, las escuelas van suspendiendo clases. El problema Llega al punto de que la propia burocracia sindical, en este caso el FUDB de la provincia de Buenos Aires, ha tenido que mandar instrucciones al respecto, luego que lo hicieran Tribuna Docente y las conducciones Multicolor. Es que la crisis edilicia no se puede tapar.

Ya hubo escape de gas y corridas en un jardín de Moreno. También allí se desmoronó un pozo ciego. Literalmente, el inicio de clases pactado por Sonia Alesso, Roberto Baradel, los gobiernos y el FMI está derritiéndose en Buenos Aires y en todo el país.

La suspensión de clases por falta de equipamiento y de agua, sumado al paro de no inicio, deben dar lugar a un plan de lucha por aumento de presupuesto inmediato.

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