La lucha por la Educación Sexual Integral no es novedosa. Desde la sanción de la Ley de ESI en el año 2006, la pelea por su aplicación ha sido una bandera de les estudiantes secundaries, llegando a su máxima expresión en el año 2017 con más de 30 tomas de colegios en CABA, y en el año 2018, con este reclamo creciendo al calor de la Ola Verde por el aborto legal.

¿Qué pasa con la ESI?

Se calcula que sólo 2 cada 10 estudiantes en el país reciben Educación Sexual Integral en las aulas, cifra de por sí alarmante, pero más aún si consideramos la cantidad de niñes y adolescentes que quedaron por fuera de la cursada a partir del avance de la virtualización forzosa durante la pandemia por la falta de insumos técnicos como computadoras o el acceso a internet.

En este contexto, estudiantes y docentes han manifestado la total falta de educación sexual en la virtualidad y lo necesaria que resulta a partir de el aumento de situaciones de violencia intrafamiliar en el encierro, para su reconocimiento y para también, tener un espacio para poder exteriorizar estas violencias. Estudios demuestran que entre el 70 y el 80% de les adolescentes de entre 12 y 14 años pudieron denunciar una situación de violencia a partir de haber visto algún contenido de ESI en las escuelas.

Pero no solo podemos explicar la falta de Educación Sexual a partir del problema de las dificultades que se presentan en las aulas virtuales: gobierno tras gobierno, en la Provincia de Buenos Aires, las alianzas con el clero y su mayor injerencia en la educación han dejado como saldo el casi nulo dictado de estos contenidos, y, cuando se presentan, que tengan enfoques biologicistas y muchas veces plagados de preceptos oscurantistas que perpetúan prejuicios odiantes y discriminadores.

Fue el propio ministro de educación Trotta quien afirmó que tienen que tenerse en cuenta las miradas de las Iglesias en la ESI, concepto que encaja muy bien con el famoso artículo 5 de la ley de ESI que llama a respetar el ideario institucional en su aplicación. Sucede que una ESI que enseñe en la detección de las violencias, los orígenes de estas, la autonomía de los cuerpos, y la libre elección de las identidades y sexualidades, resulta amenazante para un Estado que debe mantener un ideal de familia patriarcal cisheteronormada, que sirva como unidad de reproducción de la clase obrera.

La lucha por la ESI es ahora

La crisis del COVID-19 ha puesto sobre la mesa cómo avanza la miseria social y cómo esta afecta particularmente a les jóvenes, las mujeres y las diversidades sexuales y de género. La entrega total del ahorro provincial a los bonistas, y al reforzamiento del aparato represivo ha dejado a la educación pública aún más desfinanciada. En una provincia donde se detectan más del 60% de los llamados a la línea 144, y donde la pobreza aumenta a pasos agigantados, la pelea por la ESI laica, científica, y contemplativa de las diversidades sexuales y de género, y un mayor presupuesto para la educación pública entra en un primer plano.

Mientras que los centros de estudiantes alineados al gobierno provincial y nacional aplauden las medidas low cost estatales, como saludar la semana de la ESI bonaerense, les estudiantes debemos avanzar hacia una lucha real por la educación sexual que necesitamos. Por esto, desde la Unión de Juventudes por el Socialismo, de cara al congreso de la UJS, que se realizará el 25 y 26 de septiembre, llamamos a todes les estudiantes de la provincia de Buenos Aires a discutir cómo dar esta pelea en nuestros lugares de estudio, de la mano de Tatiana Fernández, presidenta del Centro de Estudiantes del Nacional de Buenos Aires. Este sábado 12 de septiembre a las 18 hs, ¡sumate al encuentro virtual de estudiantes secundaries por la ESI!

Vamos por una educación sexual laica, científica y que contemple a las diversidades sexuales y de género. Presupuesto para educación, no para la deuda externa ni para la policía.