Los diarios patronales han resaltado y puesto en evidencia la autorización al sindicato Suteba de la apertura de un instituto de formación superior con modalidad virtual y presencial de parte del gobernador Axel Kicillof. Se trata de la instrumentación del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 239, que funciona en la sede del Hotel 10 de Junio, propiedad del Suteba, ubicado en 13 entre 56 y 57, justo enfrente a la Dirección General de Escuelas.

Pero no como una crítica, sino como un privilegio para Roberto Baradel, secretario general del Suteba,  y la burocracia sindical, es decir, como un reclamo de que se extienda a toda la actividad educativa en manos del sector privado tanto la bimodalidad de la enseñanza cuanto las condiciones edilicias para montar un emprendimiento educativo.

Permisos y recursos para la informalización educativa

La apertura de un instituto de formación docente en un hotel está bastante lejos de los estándares que requiere una educación formal. En la provincia funcionan 604 establecimientos (283 particulares y 321 del Estado). En Buenos Aires están matriculados más de 130 mil estudiantes en tecnicaturas y profesores que dictan los institutos superiores. Casi la mitad, 70.000 alumnos, en centros de gestión estatal y 62.000 en privada. Por eso, los dueños de casi la mitad de los profesorados de la provincia de Buenos Aires pusieron el grito en el cielo, porque “las exigencias oficiales para habilitar espacios destinados a la educación son estrictas en Buenos Aires. Y se conocen casos de colegios que tuvieron que cerrar por no cumplir ciertas normas de infraestructura. Quedaron estudiantes sin pupitres y docentes sin trabajo, indemnizados” (Clarín, 6/12).

Mientras los profesorados públicos se caen a pedazos, el instituto de la burocracia sindical de Suteba tiene un plantel de docentes con sueldos que paga en un 100% el gobierno provincial. Esta política no es nueva, la legalización de nichos privados de educación en manos de la burocracia sindical de todos los colores vienen de arrastre, y en particular en la educación de adultos o en los programas informales, como los Fines y Centros de Formación Profesional en las sedes sindicales, pero sí es un salto en calidad.

El Estado provincial y la dirección de Suteba se articulan para de desintegración de la educación formal, en una variante creciente de un negocio educativo.

Bimodalidad y matrícula cautiva

El instituto de Baradel fue premiado también con algo que no está permitido, al menos hasta ahora, en la educación provincial: la actividad bimodal, es decir, la impartición de clases y actividades en forma presencial y digital. Una sobrecarga laboral que los maestros y profesores han enfrentado en el tránsito entre la virtualidad y la vuelta a la presencialidad y que el gobierno peronista y los patrones privados quieren instaurar hace rato. Es justamente el discurso de personajes como la derechista ministra de educación de Larreta, Soledad Acuña, que no había amainado la pandemia cuando acuñó la frase “la virtualidad vivo para quedarse”.

En el instituto de Baradel, los alumnos cursan un 30% presencial y el resto virtual, lo que habilita la súperexplotación laboral de la docencia y la captura sin límite y sin infraestructura de una matrícula cautiva, y sometida a una educación unidireccional, ajena a la confrontación de ideas y criterios que se registran con la actividad educativa colectiva y en grupo.

Los privados reclaman y aplauden

“No estamos en contra de otorgarle esta prerrogativa a Suteba. Queremos tener también esa opción. Que sea para todos los institutos”, declaró Miriam Uri, responsable de Institutos Superiores de la asociación que agrupa a los colegios privados, Aiepba.

La respuesta de Alberto Sileoni, ministro bonaerense de educación, no se hizo esperar: “sobre la bimodalidad se trabaja para generar normas específicas que puedan ser aprobadas a nivel nacional. Si se aprueban serían de aplicación a partir del ciclo lectivo 2023”.

Como se ve, Baradel y la dirección celeste de Suteba son “el caballo de Troya” para avanzar más aún en la reforma laboral de hecho que están aplicando en Buenos Aires, desmantelando el estatuto del docente y multiplicando los esquemas de educación precarios con docentes sin estabilidad y sin derechos estatutarios.

Esta política se quiere institucionalizar con la firma de parte de Ctera y Suteba de un nuevo Convenio Laboral Docente, que convalide toda la avanzada contra el salario, y las condiciones laborales. Rechazamos esta injerencia propatronal, llamamos a defender los institutos de enseñanza superior, y promovemos la elaboración y organización de otra educación, bajo la decisión y dirección de los alumnos y docentes, y o de los patrones, los gobiernos y los burócratas gerentes.

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