Erratas

29/6/1994|422

El “Agite” es nafta, no “aceite”

En el artículo titulado “En San Martín nos estamos preparando”, de la página de la juventud de Prensa Obrera 420, se desliza un error. Allí se hace mención a la lista 38, del colegio Tomás  Guido, como “El Aceite”, cuando su nombre correcto es “El Agite”.


Importa corregirlo, pues “El Agite” (y no “El Aceite”) se ha constituido en una referencia permanente para una gran parte del estudiantado de la zona.


El origen de esta lista se remonta al conflicto educativo del ’92, que tuvo en nuestro distrito una gran intensidad y puso en evidencia la existencia de una numerosa camada de nuevos activistas estudiantiles, muy jóvenes, que hacían en esa oportunidad su primera experiencia de lucha. La UJS, que jugó entonces un papel de dirección, actuando como motor y factor de delimitación política dentro de la coordinadora de secundarios, llegó a conformar con una franja de estos nuevos activistas un verdadero bloque.


La formación de la lista, que “institucionalizó” ese reagrupamiento forjado en la acción, fue el registro más fiel del grado de desarrollo de la conciencia del activismo.


“El Agite”  disputó el año anterior el Centro del Guido, perdiendo por escasos votos frente a una lista “apadrinada” por la municipalidad, pero obteniendo dos secretarías.


Desde allí realizó una intensa actividad que contrastó con la inacción del “oficialismo”  y lo mostró como la verdadera dirección de los estudiantes; el aplastante triunfo que obtuvo hace pocos días sobre otras dos listas (410, contra 230 del PJ y 110 de PL) reafirmó esta situación.


En un sentido puede hablarse de “El Agite”  como la forma que ha adquirido en San Martín, la tendencia de la vanguardia estudiantil a confluir con el programa revolucionario, es decir, se trata de un fenómeno cuyo alcance excede los marcos de un colegio, y puede transformarse —ya lo es— en una herramienta para organizar a otros colegios, poniendo en pie centros con una estrategia común, incorporándolos a una perspectiva única.


La reciente formación de “El Agite”  del normal EE. UU., que ha logrado el prodigio de operar un reagrupamiento muy fuerte en un colegio donde imperan condiciones carcelarias, ha sido un importante primer paso.