La LSR, en un artículo titulado “El PO y una nefasta metodología” (Bandera Roja Nº 41), ‘intenta’ responder a la acusación que le hicimos de que participó en la lista montada por la rectoría del Colegio Mariano Moreno —Ademm— contra el movimiento estudiantil combativo expresado en el Frente de Lucha. Esto, aunque hubiera sacado un volante que decía que “el interventor viene trabajando para convertir al Ademm en un títere, al mismo tiempo que sanciona a los activistas del FLE”, porque este volante fue repartido a último momento y llamaba a la abstención. La conclusión que sacábamos era irrefutable: “El que, en la lucha, huye del bando clasista no es más que una pequeña secta descompuesta”.

La LSR se limita, ahora, a reproducir su volante y concluye que con eso alcanza y sobra. Señala que los “problemas de los estudiantes tenemos que resolverlos entre todos los estudiantes, sin ninguna injerencia de las autoridades…” ¿Pero por qué la LSR, entonces, integró la lista del rector? Esta pregunta elemental no la contestan; se hacen los giles.

Por último, lamentan que el colegio se hubiera dividido entre el FLE y el Ademm, pero ocultan que a éste lo promovió el rectorado. La LSR formó parte del bando del rector y de la municipalidad, y no del campo clasista. Es decir, actuaron como una secta re-descompuesta.