En su último periódico, el Mst vuelve a plantear una política de carácter divisionista contra la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de la Capital y el Gran Buenos Aires. Como suele suceder en estos casos, las peores porquerías tratan de ser tapadas con buenas intenciones… y si de secundarios se trata el tema obligado es la‘unidad’. Veamos…

El divisionismo de la siguiente afirmación es claro: “tenemos que unirnos … que todos los colegios no representados empiecen a unirse”, y “hagamos un Encuentro de Centros Independientes”. Una central de los colegios ‘no representados’ no es sólo divisionismo, es un intento de romper a los colegios que, a través de años de lucha, consiguieron unirse y representarse. Lo más llamativo es, sin embargo, que en la última reunión de Coordinadora, el Mst propuso incorporarse a su mesa como Mst-CUES, es decir, como partido político, ¡sin representar a ningún colegio!

El Mst quiere jugar de ‘tercero’: “por un lado, dice, existe la Coordinadora, por el otro la FES”. Pero esto es falso porque la ‘FES’ no existe. La comparación delata la finalidad podrida del Mst.

El Mst presenta la cuestión de la unidad como una cuestión de acuerdos y maniobras. Sin embargo, esta política ya ha fracasado. La unidad de los secundarios está estrechamente vinculada al desarrollo masivo de sus centros y cuerpos de delegados, a la lucha reivindicativa contra la aplicación de la ‘reforma educativa’, es decir, la lucha contra el Estado y los partidos patronales. El fracaso del centroizquierda y de la izquierda democratizante para desenvolver esta tarea, es lo que explica su política divisionista y sectaria.

La lucha por la unidad del movimiento estudiantil no debe ser planteada como una reunión de un par de burócratas. Debe ser la convocatoria a un congreso de bases de estudiantes de la Capital y el Gran Buenos Aires, con delegados electos por sus compañeros (tal como lo planteara la Coordinadora).