Historia

27/2/2022

Lenin sobre Ucrania

Extractos de la carta a los obreros y campesinos de Ucrania, del 28 de diciembre de 1919.

Foto: Twitter

Frente a las mentiras de Vladimir Putin, quien tras la invasión a Ucrania brindó un discurso en que atacó a Lenin y los bolcheviques, reproducimos qué decía el líder de la Revolución de Octubre, el 28 de diciembre de 1919, en su carta a los obreros y campesinos de Ucrania a propósito de las victorias sobre Denikin.

Las tropas rojas han ocupado Kíev, Poltava y Járkov y avanzan victoriosamente hacia Rostov. En Ucrania hierve la insurrección contra Denikin. Es preciso reunir todas las fuerzas para derrotar definitivamente a las tropas de Denikin, que intentaron restablecer el poder de los terratenientes y de los capitalistas. Es preciso aniquilar a Denikin para estar a cubierto de la más mínima posibilidad de una nueva invasión.

Existen tareas especiales para el poder soviético en Ucrania. Una de estas tareas especiales merece en la actualidad una extraordinaria atención. Es el problema nacional, es decir, el problema de si Ucrania debe ser la República Socialista Soviética de Ucrania, independiente y unida a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia por medio de una alianza (federación), o debe fundirse con Rusia en una República Soviética única. Todos los bolcheviques, todos los obreros y campesinos conscientes deben meditar atentamente sobre esta cuestión.

La independencia de Ucrania ha sido reconocida por el Comité Ejecutivo Central de la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética de Rusia) y por el Partido Comunista (bolchevique) de Rusia. Por eso, es evidente -y ha sido reconocido por todos- que sólo los obreros y campesinos de Ucrania, en su congreso de los Soviets de Ucrania, pueden decidir y decidirán la cuestión de fusionar Ucrania con Rusia o dejar a Ucrania como una república independiente, y en este último caso qué clase de ligazón federativa debe establecerse entre esta república y Rusia.

Nosotros somos enemigos de los odios nacionales, de las querellas nacionales y del aislamiento nacional. Somos internacionalistas. Aspiramos a una unión estrecha y a la completa fusión de los obreros y campesinos de todas las naciones del mundo en una República Soviética mundial única.

Nosotros queremos una unión voluntaria de las naciones: una unión que no tolere violencia alguna de una nación sobre otra, una unión que se base en la más plena confianza, en la clara conciencia de la unidad fraternal, en un acuerdo plenamente voluntario. Tal unión no se puede realizar de golpe; es preciso llegar a ella a fuerza de grandísimo cuidado y paciencia para no malograr la obra, para no provocar la desconfianza, para dar tiempo a que desaparezca la desconfianza engendrada por siglos de opresión por parte de los terratenientes y capitalistas, por el régimen de la propiedad privada y los odios producidos por los sucesivos repartos de esta propiedad.

Por eso, aspirando constantemente a la unidad de las naciones, yendo inflexiblemente contra todo lo que las divida, debemos ser muy prudentes, pacientes y tolerantes hacia las supervivencias de la desconfianza nacional.

Mientras Ucrania no esté completamente liberada de Denikin y hasta que se reúna el congreso de los Soviets de toda Ucrania, su gobierno es el Comité Revolucionario de toda Ucrania. En este Comité Revolucionario, al lado de comunistas bolcheviques ucranianos, trabajan como miembros del gobierno comunistas borotbistas ucranianos. Lo que distingue a los borotbistas de los bolcheviques es, entre otras cosas, que aquéllos defienden la independencia absoluta de Ucrania. Los bolcheviques no hacen de esto objeto de divergencias, de desunión, no ven en esto ningún obstáculo para un trabajo solidario de los proletarios. Lo principal es que haya unidad en la lucha contra el yugo del capital, por la dictadura del proletariado, pues los comunistas no deben tener divergencias por cuestiones de fronteras nacionales o de las relaciones federativas o de cualquier naturaleza entre los Estados. Entre los bolcheviques hay partidarios de la independencia completa de Ucrania, como también los hay de la unión federativa más o menos estrecha o de la fusión plena de Ucrania con Rusia.

Si un comunista ruso insiste en la fusión de Ucrania con Rusia, los ucranianos sospecharán fácilmente que no defiende tal política por consideraciones de unidad de los proletarios en la lucha contra el capital sino por los prejuicios del antiguo nacionalismo, del imperialismo ruso. Tal desconfianza es natural y, hasta cierto punto, inevitable y justificada, ya que a lo largo de los siglos y bajo la opresión de los terratenientes y capitalistas los rusos han asimilado los infames y abyectos prejuicios del chovinismo ruso.

Si un comunista ucraniano insiste en la independencia estatal absoluta de Ucrania, se puede sospechar de él que no defiende tal política desde el punto de vista de los intereses momentáneos de los obreros y campesinos ucranianos en su lucha contra el yugo del capital, sino bajo el peso de los prejuicios nacionales pequeñoburgueses, de pequeño propietario.

Es muy fácil que surja la desconfianza mutua entre los comunistas rusos y ucranianos. ¿Cómo combatirla? ¿Cómo vencerla y conquistar la confianza recíproca?

El mejor medio es el trabajo conjunto para defender la dictadura del proletariado y el poder soviético en la lucha contra los terratenientes y capitalistas de todos los países, contra sus intentos de restablecer su omnipotencia. Tal lucha conjunta mostrará claramente en la práctica que cualquiera que sea la solución del problema de la independencia estatal o de las fronteras del Estado, a los obreros rusos y ucranianos les es absolutamente necesaria una estrecha alianza militar y económica, ya que, de lo contrario, los capitalistas de la “Entente” (es decir, la coalición de los países capitalistas más ricos: Inglaterra, Francia, Norteamérica, Japón e Italia) nos aplastarán y estrangularán por separado.

Extraído de Lenin, Obras Escogidas Tomo X (1919-1920), Ed. Progreso, 1973; disponible en www.marxist.org