¿Por qué no hubo organización independiente de los campesinos pobres y obreros agrícolas?
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“En abril, Lenin creía posible todavía que los cooperativistas patriotas y los kulaks (campesinos acomodados) arrastrasen tras ellos a la gran masa del campesinado hacia un acuerdo con la burguesía y los propietarios. Esto le llevaba a insistir sin cesar en la creación de soviets particulares de obreros agrícolas (batraks) y en la organización independiente de los campesinos más pobres. Con el paso de los meses fue descubriendo que esta parte de la política bolchevique no tenía fundamento. A excepción de las provincias bálticas, no existían en ninguna parte soviets de obreros agrícolas. Tampoco los campesinos pobres hallaron formas independientes de organización. Explicar esto únicamente por el atraso de los obreros agrícolas y de las capas más pobres de las aldeas sería omitir lo esencial.
La causa principal estaba en la naturaleza misma del problema histórico: el de la revolución democrática agraria.
En las dos cuestiones más importantes —la del arrendamiento y la del trabajo asalariado— se ve claramente cómo los intereses generales de la lucha contra la supervivencia de la servidumbre interceptan el camino de una política independiente no sólo de los campesinos pobres, sino incluso de los obreros agrícolas. En la Rusia europea los campesinos tomaban en arriendo a los propietarios nobles 27 millones de deciatinas —aproximadamente el 60 por 100 de todos los dominios particulares— y pagaban por ellas un tributo de arrendamiento que se elevaba hasta 400 millones de rublos anuales. Con el estallido de la insurrección de febrero, la lucha contra las condiciones expoliadoras de los arriendos se convirtió en el elemento esencial del movimiento campesino. Menor lugar, aunque, considerable, ocupaba la lucha de los obreros agrícolas, que les enfrentaba no sólo con los propietarios nobles, sino también con los campesinos. El colono luchaba por el alivio de las condiciones de arriendo; el obrero, por la mejora de las condiciones de trabajo. Uno y otro, cada uno a su manera, partían del reconocimiento del señor como propietario y como patrón. Pero a partir del momento en que se abrió la posibilidad de llevar las cosas hasta el fin, es decir de apropiarse de las tierras e instalarse en ellas, el campesinado pobre dejó de interesarse por los arrendamientos y el sindicato empezó a perder su fuerza de atracción sobre los obreros agrícolas.
Fueron precisamente estos últimos y los campesinos pobres quienes, al unirse al movimiento general, dieron a la guerra campesina su carácter extremado de resolución e irreductibilidad."
*León Trotsky, en “Historia de la Revolución Rusa”