22 de septiembre en Praga, manifestación internacional

La crisis capitalista reclama una alternativa obrera y socialista


Las manifestaciones que tendrán lugar en Praga y en otros países el próximo 22 de setiembre, con motivo de la reunión del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio, ponen en evidencia que prosigue el combate internacional contra el imperialismo, que tuvo un capítulo en Seattle, en diciembre de 1999.


Estas manifestaciones no son un acontecimiento aislado; son parte de la cadena mundial de la reacción de las masas obreras y populares del mundo entero contra la crisis capitalista y su brutal secuela de ataques contra las condiciones de vida de los pueblos. Desde la gran huelga general francesa de diciembre de 1995, asistimos a un creciente combate de los explotados contra la miseria, el desempleo y la confiscación capitalista. La revolución albanesa, los levantamientos indígenas en Ecuador, la revolución en Indonesia, la insurgencia en Colombia, los levantamientos obreros y campesinos en Bolivia, las grandes huelgas de los obreros norteamericanos (como las de General Motors, la de UPS y, recientemente, la de los telefónicos de Verizon), las puebladas y los cortes de rutas en Argentina, las huelgas en Rusia y los levantamientos campesinos en China, todos estos acontecimientos muestran una tendencia definida.


Esta lucha de masas responde a una crisis capitalista y a una descomposición de las relaciones sociales capitalistas que no tienen precedentes. El derrumbe de Asia en 1997, la cesación de pagos rusa en 1998, la devaluación brasileña y el derrumbe de Ecuador en 1999, y el crónico estancamiento de Japón y la amenaza de un colapso financiero generalizado, con epicentro en Wall Street, son los puntos salientes de una crisis capitalista de alcance mundial.


A esta crisis responde la creciente miseria de las masas; el colapso del continente africano, desangrado por las rivalidades imperialistas por la conquista de sus recursos diamantíferos y petroleros; y el creciente uso de la violencia en las relaciones sociales (la llamada ‘tolerancia cero’ norteamericana no es otra cosa que la guerra contra los pobres y los oprimidos) y en las relaciones internacionales. El bombardeo imperialista de la Otan contra Yugoslavia y, ahora, la intervención imperialista yanqui en Colombia son la manifestación de la barbarie.


La envergadura de la crisis es la manifestación más elocuente del agotamiento histórico del capitalismo y de la imperiosa necesidad de los explotados de encontrar una salida reconstruyendo la sociedad sobre una nueva base, cuyo punto de partida es la expropiación de los expropiadores.


La superación histórica del capitalismo se ha convertido en una necesidad de vida o muerte para millones de trabajadores en todo el mundo, amenazados por el desempleo, la miseria, el retroceso sin precedentes de sus condiciones de vida, el militarismo y las guerras de masacre y la opresión nacional. Reconstruir la sociedad sobre bases socialistas, expropiando al gran capital, imponiendo el control obrero sobre la producción y la planificación democrática de la producción por los propios trabajadores, significa que la clase obrera se convierta en la dirección política de los explotados; reconstruir la sociedad sobre bases socialistas significa luchar por el gobierno obrero, por el gobierno de los trabajadores.


Para ello, la clase obrera necesita una organización internacional y un programa internacionalista, que se apoye en las tradiciones revolucionarias y en las experiencias de lucha de más de un siglo y medio de la clase obrera mundial y de las organizaciones que esa clase obrera ha ido construyendo en esta lucha. La clase obrera necesita refundar la IV Internacional, que en su programa reivindica esa experiencia de lucha internacional e internacionalista.


Llamamos a la vanguardia obrera a asumir esta perspectiva y a construirla en la acción mediante la lucha por un programa consecuentemente antiimperialista y anticapitalista.


• Fuera la Otan de los Balcanes. Fuera la Unión Europea de los imperialistas. Por los Estados Unidos Socialistas de Europa, del Atlántico a los Urales.


• Fuera yanquis de Colombia. Fuera el imperialismo de América Latina. Por los Estados Unidos Socialistas de América Latina. No pago de la deuda externa


• Abajo el imperialismo. Por la reorganización socialista de la sociedad. Por el gobierno de los trabajadores.


• Por la refundación de la IV Internacional.