Nuestro compañero Marco Ferrando y el Partito Comunista dei Lavoratori de Italia acaban de ser objeto de una denuncia judicial, por parte del partido de Berlusconi, que los acusa de “instigación a la revuelta” contra el gobierno. El origen de la denuncia es el volante publicado por el PCL, que llama a “hacer como en Túnez y en Egipto” y toma la iniciativa de convocar a todas las organizaciones populares y de izquierda a organizar una gran marcha nacional al palacio de gobierno para reclamar la caída de Berlusconi (ver PO Nº 1.165, 17/2).

La “denuncia” viene de parte de un gobierno en completa bancarrota política y moral, constituido por quienes recorren los pasillos de los tribunales acusados de todo tipo de delitos. En un comunicado, Ferrando ha planteado que los únicos instigadores a la revuelta son el propio Berlusconi y su gobierno, “un sultanato que domina un Parlamento digitado, que se rige por la corrupción y la mentira”. “Y el verdadero escándalo”, continúa, “no es nuestro llamado a la caída del gobierno sino la parálisis impotente de la ‘oposición’ parlamentaria”.

Abajo la persecución a nuestros compañeros. Fuera Berlusconi.