Internacionales
12/8/2004|863
“Al borde de la implosión”
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El debut del “nuevo” gobierno iraquí no podría haber sido más patético: aunque desde el 10 de julio éste reclutó a casi 50 mil efectivos del viejo ejército baathista, la resistencia ha alcanzado los mayores niveles desde el “fin de la guerra”.
Así lo describe toda la prensa. Según el corresponsal británico de The Independent, Robert Fisk, “muchas partes de Irak han caído fuera del control del gobierno títere de los EE.UU.” (4/8): es el caso de Baquba, Samara, Kut, Mahmoudiya, Hilla, Fallujah, Ramadi. No se distingue ya entre áreas bajo predominio shiíta o sunita. A excepción del norte bajo control kurdo, donde sin embargo el “nuevo ejército” tiene vedado el acceso, el resto del país es un vasto campo de batalla.
El “gobierno pronorteamericano sólo controla parte de Bagdad”, dice Fisk.
La conferencia nacional de líderes tribales, religiosos y de diferentes partidos que debía convocar a las elecciones de enero en Irak sido pospuesta ya dos veces, Por eso “nadie cree que las elecciones tendrán lugar” (ídem). El intento de cooptar al líder shiíta Al Sadr fracasó: éste repudió la convocatoria a reintegrarse a la “vida civil” que le hiciera el premier Allawi y ahora el ejército que lidera encabeza los combates en Bassora, la segunda ciudad del país y principal puerto de salida del crudo “controlan distritos enteros” allí y obligaron a “la suspensión del bombeo de petróleo” (El País, 10/8). A esto se suma que “los secuestros (de trabajadores extranjeros) están amenazando con secar la oferta laboral” de esa industria (Financial Times, 26/7), la única que había remontado y que desde siempre fue el botín de la coalición “democrática”. El descalabro de ésta explica ahora el del mercado petrolero mundial, para cuya “estabilización” se habían empeñado en la ocupación de Irak: ¡esta semana el precio del petróleo superó los 45 dólares!
Ahora “ante la gravedad de los ataques” en toda la región sur, informa El País (10/8), “Polonia decidió ceder ayer a Estados Unidos el control militar de esta zona”. Cuando los yanquis parodiaban un paso al costado, resulta que son obligados a ocupar nuevamente el centro de la acción represiva y totalitaria.