Internacionales

30/11/2016

Al empresario chino ligado al desastre del Chapecoense ya se le había caído un avión

Sam Pa, quién sería el financista de Lamia, había incursionado en Tanzania en la aeronavegación. Culminó con otro accidente.


Epígrafe: Accidente del avión alquilado por Sonangol a Air Tanzania el 9 de abril de 2012.


La empresa Sonangol, de la que Ricardo Albacete Vidal -supuesto dueño de Lamia- decía ser representante en España cuando incursionó en la compra de un astillero en Vigo, se había asociado a Air Tanzania para operar la aerolínea en el país africano. El dueño de Sonangol no es otro que Sam Pa, empresario chino detenido por la cúpula del PCCh tras reiteradas acusaciones por corrupción, luego de que durante años fungiera como representante comercial de capitales chinos en el exterior. Air Tanzania no fue el primer emprendimiento en la aeronavegación de Sam Pa. Albacete había dicho que el capital inicial para fundar Lamia en 2007 había sido provisto por el chino.


Desde ese mismo año, Sonangol había intentado asociarse con el gobierno de Tanzania para administrar la compañía aérea y había obtenido el favor del gobierno chino para financiar una flota de aviones, además de que realizó pagos al gobierno en parte de pago por su oferta de obtención del 49% de las acciones de Air Tanzania. Sin embargo, Sam Pa declaró en enero de 2010 al diario The East African que el Banco de Desarrollo Chino financiaría la adquisición de Air Tanzania, pero que la burocracia del gobierno de Tanzania causaba el retraso en el cierre del acuerdo. Según la investigación de James Mailey para el Africa Center for Strategic Studies, la afluencia de millones de dólares para la operación que no se cerraba tenía un destino desconocido. Finalmente, la empresa y el gobierno dejaron caer el acuerdo.


Pero investigaciones periodísticas y de la Auditoría General de Tanzania revelaron que la empresa Sonangol le “alquilaba” (“lease”) aviones a Air Tanzani –el mismo modus operandi que Lamia Venezuela usaba con Lamia Bolivia. La estafa iba de menor a mayor: mientras en 2010 una de las naves Airbus alquiladas por Air Tanzania a Sonangol supuestamente se encontraba en reparación en Francia, en realidad era “alquilada” otra vez por la china Sonangol a Air Guinea, aunque pintada con los colores correspondientes al país centroafricano. El último episodio de una serie de acciones desfavorables por parte de Sonangol con la aeronavegación tanzana se produjo el 9 de abril de 2012, cuando uno de los aviones alquilados por la compañía china cayó a tierra a poco de despegar del aeropuerto de Kigoma, causando heridas a 35 pasajeros y cuatro tripulantes, aunque sin ninguna baja fatal, por obra de la fortuna. Un accidente ocasionado por el afán de lucro empresarial, los negocios oscuros y la corrupción que es un antecedente directo del desastre del Chapecoense a través del vínculo que une a sus dueños (o testaferros) con el empresario chino que habría brindado el capital inicial para la conformación de la precaria –y criminal– compañía aérea.