Al X° Congreso del Partido Obrero

Secretario General, en representación del Comité Central del Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK de Grecia)

Compañeras y Compañeros

 

Desde los Balcanes todavía en llamas de la guerra imperialista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) les envía su más caluroso y fraternal saludo trotskista.

 

En particular en este período de guerra, represión del estado y agudización de todas las condiciones de la lucha de clases, nuestro partido ha apreciado profundamente las principistas y firmes posiciones internacionalistas, en la teoría y en la práctica, del Partido Obrero. A vuestro partido pertenece el honor de haber tomado oportunamente la iniciativa, desde 1997 en adelante, de empezar la campaña mundial por una Internacional obrera revolucionaria, por la refundación de la IVª Internacional. Nosotros hemos respondido positivamente a vuestro llamado y ahora marchamos juntos en la arena de la historia.

 

Las guerras así como las revoluciones son la prueba ácida para los revolucionarios, abriendo el gran abismo entre ellos y todos los elementos vacilantes o traidores en el movimiento obrero. La guerra de la Otan contra Yugoslavia reveló en sus verdaderos colores a todas las organizaciones políticas en la izquierda internacional. La agresión imperialista fue lanzada con la plena participación de los gobiernos de centroizquierda de Gran Bretaña a Grecia, de los socialdemócratas en el poder como Schroeder en Alemania y Jospin en Francia, de los stalinistas como en Italia y en Francia, de los verdes como Joska Fisher, con el pleno apoyo político de ex maoístas como André Gluksman, ex anarquistas como Cohn Bendit o ex trotskistas como Vanessa Redgrave. Otros en la llamada ‘extrema izquierda’, algunos reclamándose trotskistas como el Secretariado Unificado, tomaron una hipócrita posición de ‘neutralidad’ pacifista y ‘equidistancia’ entre el agresor imperialista y las naciones oprimidas de Yugoslavia, ocultando su posición proimperialista con su repugnante ‘democratismo’ pequeñoburgués. Hubo una bancarrota moral global de todos los moralistas democráticos de los países occidentales que encubrieron con la demagogia de los ‘derechos humanos’ la barbarie militarista ‘humanitaria’ de sus clases dominantes.

 

La guerra en los Balcanes, la primera en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, es la violenta manifestación de la explosión de todas las contradicciones en la economía capitalista mundial. Este es sólo el preludio bárbaro: el imperialismo lleva al mundo a una nueva catástrofe. La IVª Internacional fue fundada en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial para transformarla en una revolución mundial. La Historia ha probado ser más compleja. La Internacional fue diezmada y luego fragmentada, especialmente luego de las discusiones sobre Yugoslavia y la Guerra Fría. Hoy, la tarea histórica es refundar la IVª Internacional para detener la tendencia del imperialismo a una tercera catástrofe bélica. Yugoslavia, una vez más, se ha convertido en el punto de partida no sólo para las disputas entre los trotskistas sino también para una clarificación revolucionaria y un reagrupamiento de la vanguardia a escala mundial, de Buenos Aires a Atenas, de Moscú y Leningrado a Pekín y Nueva York.

 

¡Adelante por la revolución socialista mundial!

 

¡Viva el Partido Obrero!

 

¡Viva la IVª Internacional!