Después de la huelga ferroviaria del sindicato GDL por mejoras salariales y una reducción de la jornada laboral, ahora es el transporte público municipal (colectivos, subtes, trenes) el que protagonizará un paro de advertencia el próximo viernes 2. Lo anunció Ver.di, la confederación sindical del sector servicios, ante la falta de resultados en la primera ronda de negociaciones con las autoridades de los Estados federados.

Las tratativas en curso abarcan a 90 mil trabajadores de un total de 130 empresas municipales. Las demandas varían de región a región, pero un denominador común es la fuerte presión laboral, debido a la falta de personal, que intensifica las tareas y provoca también la cancelación de servicios.

En tanto, la huelga ferroviaria convocada por GDL, que iba a durar seis días, se suspendió este domingo 28, algunas horas antes de lo previsto, debido a un acuerdo para retomar las negociaciones. El 5 de febrero se reinician las conversaciones, y se estima que en un período de cinco semanas no habrá nuevas medidas de fuerza.

El alza de la inflación en los últimos años, en especial en los alimentos y la energía, golpeó el salario de los trabajadores. A su vez, el gobierno de Olaf Scholz (socialdemócrata, que sostiene una coalición con verdes y liberales) está implementando una serie de recortes para cumplir con el llamado freno de deuda, que impide transgredir un endeudamiento anual superior al 0,35% del PBI.

Los paros en el transporte introducen los reclamos obreros en un escenario de crisis y descontento popular.

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