BRASIL

Amazonia sangrienta y depredada

Juicio y castigo a los asesinos de Bruno Pereira y Dom Phillips

Colaboración desde Brasil

Las víctimas llevaban una semana desaparecidas

Al momento de publicarse esta nota, se conocía la noticia del hallazgo de los cadáveres del periodista Dom Phillips y del indigenista Bruno Pereira, quienes estaban desaparecidos hace una semana en Brasil. El parlamento estaría votando la formación de una Comisión Investigadora. Es necesario que las organizaciones ambientalistas, de derechos humanos, estudiantiles, del movimiento obrero y los partidos de izquierda impulsen una investigación independiente y reclamar la investigación y el juicio y castigo de los responsables de este crimen. Todo el mundo sabe que hay un gran culpable: el gobierno de Bolsonaro y sus funcionarios racistas y antiobreros.

Hace ya una semana que un indigenista y un periodista están desaparecidos en la Amazonia Brasilera. Los dos se encontraban en un punto de la triple frontera con Perú y Colombia donde procuraban establecer puestos de observación que establecerían algún tipo de vigilancia para evitar que empresas madereras, pescadores ilegales y mineras ilegales entrasen en territorio indígena. Zona donde la comunidad nativa tiene poco o ningún contacto con el hombre blanco  y con el peligro incluso de contagio y destrucción que implica el ingreso de virus desconocidos (Covid y otros).

Bruno Pereira es indigenista, funcionario de la Fundación Nacional del Indio cuando fue despedido en al año 2019 por el Ministerio del Gobierno de Bolsonaro, dirigido por el reaccionario juez Sergio Moro. El periodista inglés Dom Phillips acompañaba la acción de defensa de los pueblos indígenas desde hace años. En el 2019, siendo corresponsal del diario inglés The Guardian había denunciado que la Amazonia estaba siendo destruida, en una conferencia con Bolsonaro.

Bajo el actual gobierno de Bolsonaro el accionar de empresas mineras y  del agro-negocio que buscan ampliar las fronteras de la explotación vírgenes, se acentúo con la desprotección del territorio indígena y el paso a políticas de depredación del medio ambiente.

Cuando Bruno fue despedido de la Funai [Fundación Nacional del Indio], fue colocado en su lugar un “misionero” con la clara intención de “evangelizar” a aquellos pueblos indígenas que, sin contacto con la “civilización”, impiden de hecho el avance de esas fronteras en territorios que guardan inmensas riquezas minerales y que, al igual que en otras regiones del norte y centro-oeste, son codiciadas por empresas y terratenientes del agronegocio.

En la misma zona, un trabajador de la Funai que actuaba en el territorio indígena del Valle de Javari, fue asesinado hace 3 años con dos tiros frente a su esposa, por combatir la explotación ilegal de madera, la caza y la pesca ilegales.

El movimiento de defensa del medio ambiente debe pronunciarse categóricamente por la aparición con vida de los dos luchadores ambientalistas y el castigo a sus secuestradores.

12 de junio