Asesinan a un líder indígena en Costa Rica

Jhery Rivera, de la comunidad Brorán de Térraba

A tan solo dos semanas de cumplirse un año del asesinato del líder de la comunidad indígena Bribri, Sergio Rojas Ortíz, se consuma un nuevo crimen. Esta vez, se trata de Jerhy Rivera, líder de la comunidad Brorán de Térraba, quien recibió un golpe fatal por parte de un terrateniente. 


Dicho evento ocurrió en la madrugada del 24 de febrero, al tiempo que la comunidad indígena se encontraba realizando una recuperación legítima de territorios que habían sido arrebatados tiempo atrás. Aunado a este evento, existe un número considerable de personas heridas y un clima de tensión extendido, en razón de amenazas por parte del sector terrateniente y la fuerza policial. 


Existen a estas horas diversos grupos contratados por los terratenientes que buscan la expulsión por la fuerza de las comunidades indígenas. Haciendo alusión a esta cuestión, una vecina de Térraba afirma: “son gente ajena a esa finca, son gente que no sabemos ni de dónde vienen. Llegan carros, buses, camiones con gente, como si fuera ganado”.


El evento cuenta con la complicidad del gobierno de Carlos Alvarado y del Estado costarricense, cuyo aparato policial se ausentó a sabiendas de las reiteradas amenazas que se recibieron días atrás. Alvarado señaló en redes sociales su indignación por el crimen, en busca de desentenderse de un nuevo homicidio que pesa sobre sus hombros.


A su vez, los medios de comunicación hegemónicos, principalmente Teletica Canal 7, prepararon el terreno e intentaron manipular la opinión pública para que se ejerza el uso de la violencia. Pasan por alto que el 85% de los territorios indígenas han sido usurpados por personas exógenas. Recordamos, como si fuera poco, que la ley indígena de 1977 en su artículo 3 declara que “las reservas indígenas son inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivas para quienes los habitan”. Es a raíz de esta problemática que se gesta la recuperación de tierras, además de los costos ambientales que se reportan en sectores aledaños, la extracción de recursos y el creciente intercambio de drogas.


Repudiamos la represión y los asesinatos sufridos por los pueblos de Térraba y Salitre, al igual que las amenazas a las personas involucradas en recuperaciones. Defendemos la declaración de emergencia del territorio en Térraba y el pleno reconocimiento de sus tierras, sumado a la expulsión de las personas usurpadoras.


La problemática de Costa Rica no es distante a aquella que se da en otros países latinoamericanos como Colombia, en el que se asesina un promedio de un indígena cada tres días. Las causas son estructurales, y se vinculan estrechamente al modelo de explotación y extracción capitalista que rige actualmente, aunado a sus dinámicas de expansión constante, que encuentran su legitimidad en discursos de odio racial.


¡Justicia por Jhery Rivera!