Bergoglio y el gatopardo

La prensa mundial, con mayor énfasis la Argentina, anunció la renuncia del secretario de Estado Vaticano -Tarcisio Bertone- como el inicio de una reforma "radical" en la cúpula del Vaticano. No es, sin embargo, lo que opina la corresponsal del madrileño El País sobre la cuestión, el domingo 1º de setiembre: "El pasado -dice- manda en la Iglesia del futuro (…) con el nombramiento del nuevo secretario Pietro Parolín, la curia romana, la élite diplomática (del Vaticano) recupera el poder". En la versión del diario español, Bergoglio queda pintado como un conservador, quizás un "gatopardo".


Bertone, el segundo hombre del Vaticano, es acusado de encubrir los peores crímenes y fechorías del clero, pero no debe ser confundido con la curia o "partido romano". Es apenas una de sus alas, la que se encaramó en el poder con Benedicto en 2006 y desplazó a sus adversarios, comandados por otro capo del episcopado italiano, Angelo Sodano. Sodano había reinado en la mentada "secretaría vaticana" antes de Bertone, desde 1990, amparando los mismos crímenes y fechorías.


El ahora designado Pietro Parolín, es hombre de Sodano y un protegido de la "élite diplomática", que maneja desde hace mucho los negocios económicos y políticos de la "santa sede". "El nombramiento de Parolín sabe un poco a ajuste de cuentas, a vuelta de tortilla, con los damnificados por Bertone recuperando el poder perdido" (El País, ídem).


Bertone había mandado a quien ahora es su sucesor al "exilio" algunos años atrás. Parece que Parolín se distinguió, entonces, por su olfato político como embajador del Vaticano en Venezuela, donde tomó cierta distancia de la Iglesia ‘escuálida' local. Como experto en asuntos internacionales, asciende cuando está a punto de incendiarse el Medio Oriente.


No son pocos, tampoco, los que destacan la excesiva demora con la cual Francesco encaró el desplazamiento de Bertone, esto para destacar que no habrá cambios bruscos de ninguna naturaleza.


Tampoco el viejo Bertone, 78 años, se termina de ir: conservará su rol como camarlengo -el cardenal que se ocupa, entre otras cosas, de los asuntos administrativos del Vaticano cuando muere un papa- y como presidente de la comisión de vigilancia del IOR, el banco vaticano. Según la información, es para concluir las ya iniciadas tareas de "transparencia" del banco vaticano. Curioso, porque Bertone es acusado de complicidad en los más diversos y brutales delitos de la historia siniestra del IOR.


Final con moño: el 30 de agosto pasado, el papa Francisco había sustituido al secretario general del gobierno de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Sciacca, por el español Fernando Vergez, un miembro de Los Legionarios de Cristo, cuyo fundador y director mexicano, Marcial Maciel, ya fallecido, fue un violador serial -como se dice ahora. Fue acusado reiteradamente de abusos sexuales contra seminaristas, de tener hijos con distintas mujeres y de haber violado a sus propias hijas. Joya.