Bolivia: abajo la proscripción de Evo Morales

El 21 de febrero era el plazo máximo para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se pronunciase sobre las candidaturas presentadas para las elecciones del próximo 3 de mayo.


La expectativa nacional giraba en torno a la habilitación de candidatos centrales del MAS, particularmente la de su candidato a presidente, Luis Arce Catacorra, y la del primer candidato a senador por Cochabamba, el destituido presidente Evo Morales.


En el medio hizo su irrupción una encuesta electoral que daba un 31,6% de apoyo al candidato del MAS, colocando en segundo lugar, con 17,1%, a Carlos Mesa (Comunidad Ciudadana), tercero a la actual presidenta golpista, Jeanine Añez (Juntos), con 16,5%, más atrás al facho Camacho (alianza Creemos) con el 9,6% y otros candidatos derechistas con intenciones de voto mucho menores.


Fue un cimbronazo para las fuerzas derechistas. A pesar de la campaña político-publicitaria contra la corrupción masista por parte del gobierno golpista -que tiene “democráticamente” a su servicio a la inmensa mayoría de los medios de comunicación, y persigue a las radios comunitarias, etc.- una franja mayoritaria votaría al candidato del MAS con una distancia de 14 puntos respecto al segundo y una diáspora de 7 partidos derechistas que protagonizaron el golpe.


Esta situación llevó a que el fachista Camacho de Santa Cruz lanzara un llamado a unificar candidaturas de la derecha para impedir que el MAS gane en primera vuelta e incluso obtenga mayoría parlamentaria. Camacho no solo ofreció renunciar a su candidatura, sino que lanzó una fuerte amenaza: de oficializarse la candidatura de Evo Morales, volvería a organizar la movilización callejera, para impedirla.

Camacho no se quedó solo en palabras y convocó públicamente a un plenario nacional de Comités Cívicos para relanzar esta “movilización”.


Por su lado, la mesa nacional del MAS se declaró en “estado de emergencia”.


Proscripción progolpista


Finalmente, el TSE avaló la candidatura presidencial, pero inhabilitó la de Evo Morales como senador. El argumento utilizado es ridículo: no reside en Bolivia. Pero Evo fue volteado el 10 de noviembre por un golpe frente al cual se exilió. Y ahora no se le permite su retorno, si no es a la cárcel, acusado -como Lula en Brasil y otros candidatos que fueron proscriptos- por causas armadas por el poder golpista.

Para que quede claro, simultáneamente, “el exministro de Desarrollo Rural de Evo Morales, César Cocarico, fue detenido por orden de la Fiscalía, acusado de incumplimiento de deberes, informó un alto jefe policial” (La Nación, 22/2).


La encuesta publicada –convertida en gran protagonista nacional- puso al rojo vivo la posibilidad de que el MAS se elevara de casi al 32% actual al 40%, donde con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo ganaría en primera vuelta. La derecha -igual que en las anuladas elecciones del 20 de octubre pasado- cifra sus expectativas que una segunda vuelta unifique fuerzas y logre derrotar al MAS.


Para ello la proscripción de Evo, como senador, es fundamental. Primero por el efecto arrastre para incrementar la votación a su candidato presidencial, Arce. Segundo, porque la elección de Evo Morales como senador lo colocaría en línea de sucesión presidencial directa. Y así, por otra vía, volver nuevamente al poder personal directo.


La proscripción de Evo indica una orientación para tutelar y digitar la elección de forma tal de darle continuidad en el poder a la derecha golpista. Zaffaroni, abogado de Evo Morales, caracterizó claramente: “Es una proscripción por goteo. Vamos proscribiendo candidatos, generando problemas… Sospechamos que vamos en camino de la proscripción de la fuerza política de Evo Morales” (Clarín, 22/2).


No resistir, envalentona a la derecha golpista


El “estado de emergencia” y la amenaza de movilizaciones en caso de proscripción, hechas por la cúpula del MAS, fueron hasta ahora puro palabrerío. Frente a la sentencia del TSE Evo ha declarado que apelará a los tribunales de su país e internacionales, eso es un saludo a la bandera.


La tendencia de la dirección masista es a adaptarse y tragarse todos los sapos y provocaciones de la derecha con vistas a imponer de todas formas una mayoría en las elecciones. Pero ya la experiencia de Brasil con la aceptación de la proscripción y encarcelamiento de Lula y la no movilización del PT demostró ser un camino de derrota.


La senadora del MAS Adriana Salvatierra, días previos a la resolución del TSE, adelantó que los sectores sociales afines al MAS no se movilizarían en caso de que Evo Morales fuera inhabilitado a candidatearse.


La presidenta de la Cámara de Senadores, la masista Eva Copa, dijo: "Personalmente, yo no puedo desacreditar el trabajo que hizo el TSE pues somos nosotros, la Asamblea, los que lo hemos elegido”. Asamblea Legislativa en la que el MAS tiene mayoría. Es evidente que el TSE tomó la resolución proscriptiva presionado por la embajada yanqui, el gobierno y las amenazas de Camacho.


Apenas se conoció el fallo del TSE, el presidente masista de la Cámara de Diputados, Sergio Choque, descartó que el MAS convoque a una movilización por la inhabilitación de Evo Morales como candidato a primer senador por Cochabamba y anunció una batalla legal (Página Siete). Puro humo.


La derecha está en búsqueda de una alianza única para enfrentar y derrotar al MAS. Sus camarillas y diversidad de intereses les están bloqueando este armado.


El MAS ha llevado la resistencia al golpe al terreno puramente electoral; y  ahora al terreno jurídico-administrativo, tragándose los ataques de la derecha.


La proscripción de la candidatura de Evo no cierra la ofensiva proscriptiva y antidemocrática de la derecha golpista. Esta buscará –por diversos medios- regimentar y pautar un eventual resultado electoral. Ceder frente a estos ataques no apacigua, sino que envalentona a la derecha golpista. Al mismo tiempo hay centenares de presos y procesados, la asfixia a los medios de prensa independientes u opositores, etc.


Es necesario enfrentar a la derecha con la movilización: anulación de la proscripción de Evo Morales y demás candidatos en igual situación. Libertad de los presos políticos, cese de los procesos, plena vigencia de las libertades democráticas. Libertad de prensa con acceso obligatorio a los principales medios de todas las expresiones políticas y de masas.


El camino adoptado por la dirección masista entraña grandes peligros de que se imponga una salida progolpista.


Es necesaria la movilización de masas. Pero las burocracias de las centrales se han declarado “independientes”. No se trata de la lucha por la independencia política de la clase obrera, que significaría dar pasos para convocar a un Congreso de bases para fijar la posición de la clase obrera, y enfrentar al gobierno golpista, sino de una “independencia” para negociar candidaturas y su autocooptación al poder triunfante.


Más que nunca es necesaria la constitución de un agrupamiento que se plantee la lucha por la independencia política de los trabajadores: por la construcción de un partido revolucionario.