Bolivia al rojo vivo

La conmoción política que produjo el último alzamiento nacional no se ha disipado. En todos los sectores crece la percepción de que a corto plazo se va a reabrir nuevamente la lucha generalizada de las masas ante la falta de solución a los problemas más elementales de la población explotada.


Contraofensiva gubernamental


Apenas se firmó el acuerdo con el Bloque Intersindical liderado por Felipe Quispe (el Mallku), finalizando los bloqueos y las movilizaciones campesinas, el gobierno inició una contraofensiva con diversas maniobras políticas y represivas:


1) Mediante un cambio de gabinete, especialmente en el área económica, colocó a varios empresarios de Santa Cruz que durante el alzamiento habían cuestionado al ministro de Hacienda. Simultáneamente anunció un paquete de medidas orientadas a favorecer a los bancos y grandes empresas (La Razón, La Paz, 29/10)


2) Creó un nuevo ministerio, para Asuntos Campesinos, Etnias y Pueblos Originarios, y logró que el nuevo ministro surgiera por consenso y moción de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), la Confederación de Colonizadores de Bolivia (Cstb) y la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb). Con esto el gobierno logró enredar a la central campesina que dirige el Mallku. El gobierno utilizó la creación del nuevo ministerio para demorar el cumplimiento de los puntos pactados con el Bloque Intersindical.


3) Ha cercado la zona del Chapare con tropas de la policía y las FF.AA., violando un acuerdo de tregua. El gobierno prosigue con la erradicación de las plantaciones de coca, y ha iniciado una vasta cacería de dirigentes y trabajadores, hasta el extremo que en varios puntos del Chapare la población masculina directamente se ha tenido que retirar para no ser apresada. Toda la zona está militarizada y las FF.AA. han reclamado del Congreso la sanción del estado de sitio y el desafuero del diputado y dirigente cocalero Evo Morales.


4) En relación al movimiento obrero, el nuevo ministro de Trabajo anunció que las leyes de reforma laboral van a salir por consenso, a sabiendas de que la directiva nacional de la COB está dominada por una burocracia colaboracionista.


La situación de las masas


Pero la lucha de los explotados no se ha detenido. En Tarija se acaba de cumplir un paro cívico. Se ha anunciado que a partir del 6 de noviembre comienza una huelga de hambre en la ciudad de Cochabamba, que será apoyada por una masiva movilización de cocaleros el 13.


Entre los campesinos del Oriente crece el descontento ante el incumplimiento de los acuerdos de junio para modific ar el reglamento de la ley agraria. El Mallku ya señaló que va a haber un tercer alzamiento.


Entre los trabajadores fabriles ha comenzado un proceso dirigido a desplazar a las burocracias colaboracionistas (telefónicos); lo mismo entre los mineros. En la zona de Huanuni una asamblea general de mineros, cooperativistas y rentistas reclamó la revisión de la privatización de la mina; y, por otro lado, un ampliado de la Central Departamental de la COB de Oruro reclamó un Congreso Extraordinario a la Central Obrera Boliviana (COB).


La oposición burguesa


La burguesía y la pequeña burguesía democratizantes están espantadas ante la posibilidad de que la masas terminen tirando abajo al gobierno; por eso están haciendo una enorme demagogia con el planteo de la Asamblea Constituyente, con una evidente finalidad distraccionista. El argumento es que el país marcha mal por efecto de la corrupción y por fallas político-jurídicas de la Constitución.


El planteo de la Constituyente lo efectúan, incluso, partidos que hasta hace poco tiempo impulsaban el Diálogo 2000 (la versión boliviana de la concertación) junto al gobierno de Banzer y organizaciones y alianzas, como el Frente Amplio Antineoliberal. Esta coalición, que agrupa al PC, PS, PS 1, ALIN (seguidores del asesinado general Torres), y varias organizaciones nacionalistas están haciendo una gran demagogia al estilo chavista; inclusive llegaron a plantear la salida de Banzer, para que el Congreso convoque a una constituyente. Con este planteo están procurando subordinar el accionar de las organizaciones campesinas y de los cocaleros.


Las organizaciones obreras


En el reciente alzamiento, la clase obrera fue bloqueada por la política rabiosamente colaboracionista de la mayoría de la dirigencia de la COB y de la Federación Minera. Sin embargo, el alzamiento ha sacudido a las bases y hay numerosos síntomas de que el movimiento obrero se prepara para intervenir e incluso recuperar su papel de vanguardia. En este sentido, el planteo de la departamental de la COB de Oruro, reclamando un Congreso Extraordinario de la COB nacional, señala un eje para unificar a los obreros y campesinos, tras la consigna de “Fuera Banzer y todo el régimen hambreador y entreguista”.