Bolivia obrera y la IV internacional

El pasado 23 de abril en Buenos Aires, Argentina, 82 delegados de partidos revolucionarios socialistas y obreros se reunieron y constituyeron una organización mundial que es el símbolo internacional de la solidaridad que en el proceso histórico mundial une a las grandes mayorías, y a todos los que luchan a diario contra el actual orden de cosas.


Ha comenzado una nueva época de la historia universal, la humanidad entera se pone de cara ante el fatal problema de la actual situación, ante el capitalismo en decadencia que en todas y en cada una de sus expresiones, como relaciones sociales, pone de relieve su estado actual: descomposición.


Bolivia, como formación histórica, es un aspecto de la aguda crisis a la que el capitalismo mundial ha ingresado; como perspectiva, es una muestra de las expresiones actuales de la lucha de clases contemporánea, y como resultado será un laboratorio histórico, teórico y práctico para todo aquel militante que se siente comprometido con el presente y con la construcción del futuro. El curso del proceso histórico mundial ha generado en Bolivia una situación prerrevolucionaria, es el empuje progresista efectivo de los obreros, los campesinos, los explotados, los estudiantes, los oprimidos. La protesta y la movilización continua de los distintos sectores, no es, como quisiera nuestro presidente, la hazaña individual de las “minorías delirantes”, sino la epopeya revolucionaria de las grandes mayorías que se alzan en contra de la opresión de una ínfima minoría, que de verdad delira al pensar que el capitalismo y su última expresión, el neoliberalismo, es la solución del “desiquilibrio” boliviano y mundial.


Todavía, hasta el 17 de octubre del año pasado, las clases en el poder, junto con sus castas políticas, incluso los que se autotitulaban partidarios del “antineoliberalismo”, enorgullecidos al creerse la expresión de la protesta generalizada, negaban la posibilidad en Bolivia de acontecimientos análogos a los de Argentina del 2001, negaban por lo tanto la revolución social; sin embargo el carcomido edificio capitalista boliviano se viene derrumbando, salta por todos lados. La democracia burguesa ya no es un mecanismo ad hoc de la explotación “equilibrada”. El proceso avanza ante el desconcierto y el asombro de todos nuestros reformistas y sus tristes cálculos, su tarea de cumplir con la promesa de detener cualquier expresión de la situación revolucionaria, está siendo desbaratada.


Bolivia empieza a vivir una guerra civil, un acontecimiento histórico universal. El proceso inicial de la revolución socialista mundial ha comenzado ya en todos los países latinoamericanos. Este hecho solidariza a la burguesía criolla, al imperialismo y a sus lacayos, juntos declaran la guerra y amenazan constantemente con sofocar esta fascinante epopeya. Ellos odian la idea de la organización sindical obrera, no quieren que se hable de clase obrera, mucho peor de un partido independiente obrero, sin embargo es el movimiento obrero quien imprime su característica a cada momento, aunque se trate de obviar tendenciosamente a la clase obrera como protagonista de la revolución socialista, las masas se dirigen hacia una Bolivia Obrera.


Los partidos reformistas son incapaces de concretar una acción efectiva en favor de las mayorías, mucho menos una acción revolucionaria, éstos no dudarán en entregarse al imperialismo para sofocar en sangre el avance libertario de los obreros y campesinos.


Así, los opresores y sus lacayos se preparan, así pactan entre tiranos y traidores…


El triunfo de la revolución obrera y campesina en Bolivia está asegurada sólo si se tiene conciencia de la imperiosa necesidad de la solidaridad entre hermanos: los obreros, los campesinos y los revolucionarios del mundo entero. Sólo en esa perspectiva de la preparación, de la resistencia simultánea de los obreros de todo el mundo ante la condena capitalista, está asegurada esta gran epopeya boliviana.


La reconstrucción de la IV Internacional es para los obreros la garantía de la reconstrucción de una nueva sociedad, sobre nuevas bases.


¡POR LA RECONSTRUCCION DE LA IV INTERNACIONAL!