La Fuerza Aérea de EEUU acaba de lanzar un ataque masivo contra Yemen, específicamente contra las posiciones del movimiento yemení Ansarallah. El operativo, fue ordenado y supervisado por el propio Trump frente a las cámaras de televisión.

Los ataques estadounidenses, “que comenzaron el sábado y continuaron hasta la madrugada del domingo, contra la capital yemení, Saná, así como contra zonas de Saada y al-Bayda, mataron a 32 personas e hirieron a 101, según el Ministerio de Salud.” (Al Jazeera 15/3). Según el medio arábigo, el portavoz del Ministerio de Salud, “Anis al-Asbahi, dijo que la mayoría de las víctimas eran “niños y mujeres”.”

En un mensaje difundido en la red social de su propiedad, Truth Social, Trump declaró que ha “(…) ordenado a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que lancen una acción militar decisiva y contundente contra los terroristas hutíes en Yemen”. Agregó que los hutíes han “librado una campaña implacable de piratería, violencia y terrorismo contra buques, aeronaves y drones estadounidenses y de otros países”.

Las fuerzas aeronavales de EEUU desplegaron una amplia gama de sistemas de ataque. El avión antisubmarino P8 Poseidon, el avión de reconocimiento RC-135 V/W, el avión de reabastecimiento KC2 Voyager, el caza F/A-18 Hornet y el UAV MQ-4C Triton. Asimismo, se lanzaron misiles de crucero Tomahawk basados ​​en el mar desde destructores navales de la coalición estadounidense-británica. 

Como se ve, se trató de una operación de envergadura, del mismo modo que cuando describimos en Prensa Obrera la operación “Mano Larga” de Israel, con apoyo griego.

En rigor, las fuerzas yemeníes no volvieron a atacar barcos (militares y mercantes) que se dirigen hacia el canal de Suez desde el alto al fuego en Gaza, pero sí, hace una semana, amenazaron con volver a las acciones militares de bloqueo marítimos sobre Israel, dado que el gobierno de Netanyahu resolvió volver a bloquear el ingreso de asistencia humanitaria a Gaza. Así, con una mera amenaza yemení que no se llegó a ejecutar, Trump resolvió el criminal bombardeo.

Además, “funcionarios estadounidenses afirmaron que los ataques aéreos contra el arsenal hutí, gran parte del cual se encuentra enterrado a gran profundidad, podrían durar varias semanas, intensificándose en alcance y escala según la reacción de los militantes. Las agencias de inteligencia estadounidenses han tenido dificultades en el pasado para identificar y localizar los sistemas de armas hutíes, que los rebeldes producen en fábricas subterráneas e introducen de contrabando desde Irán.” (New York Times 15/3).

En ese orden, Trump también utilizó su red social para amenazar al régimen de los Ayatollas; al respecto dijo, “A Irán: ¡El apoyo a los terroristas hutíes debe cesar INMEDIATAMENTE! NO amenacen al pueblo estadounidense, a su presidente (…) ni a las rutas marítimas mundiales. Si lo hacen, TENGAN CUIDADO, porque Estados Unidos les exigirá cuentas”.

Sin embargo, dada la experiencia de los últimos años, donde los hutíes derrotaron a la alianza encabezada por Arabia Saudita y en un cuadro donde EEUU e Israel vienen atacando suelo yemení desde el último año hasta hoy, “no está claro cómo una nueva campaña de bombardeos contra los hutíes tendría éxito, ya que los anteriores esfuerzos militares liderados por Estados Unidos fracasaron en gran medida.” (New York Times 15/3).

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, “condenó los ataques y afirmó que Washington no tenía autoridad para dictar su política exterior. Hezbolá, el grupo libanés vinculado a Teherán, también condenó los ataques militares estadounidenses.” (Al Jazeera, 15/3).

Asimismo, en una llamada al ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, su homólogo Marco Rubio le informó a Rusia del ataque a Yemen antes de que éste se produzca.

En este cuadro, es claro que se avecina un recrudecimiento de los combates navales en el estrecho de Bad al-Mandab, lo que no solo pone en cuestión el incremento de las tensiones que podrían derivar en una guerra regional sino también el bloqueo de una de las principales rutas marítimas del comercio internacional. 

Es en este contexto que Israel acicatea a Trump para lanzar un ataque conjunto contra las instalaciones nucleares y militares de Irán. Contarían para ese menester con la eliminación de la defensa aérea de Siria, que sucumbió en los bombardeos israelíes posteriores a la caída de Al Assad, con el debilitamiento del Hezbollá en Líbano (que fue fuertemente bombardeado y se le cortaron sus vías de suministro terrestres pasando desde Irán a través de Siria) y, claro está, con un debilitamiento relativo de Hamas luego de los criminales bombardeos sionistas. 

De tal modo, habrá que ver si EEUU acepta el convite de Israel para atacar Irán. Es cierto que su defensa aérea fue impactada, pero también lo es que luego de ello llegaron al país persa sistemas antiaéreos rusos S-400 y se presentaron ya producidos nuevos desarrollos nacionales. 

En ese mismo orden, teniendo en cuenta la experiencia de los últimos años frente a las fuerzas saudíes y lo acontecido desde el año 2023 en Gaza y Cisjordania, no luce como una posibilidad probable que los hutíes reculen. Incluso es probable que hayan obtenido suministros de misiles anti-buque más modernos, de carácter hipersónico. 

Como se ve, la mentada “pax americana” que levanta Trump, no es más que la paz de los cementerios de la guerra imperialista que amenaza a toda la región. Los revolucionarios no somos neutrales en la presente conflagración. Fuera el imperialismo e Israel de Medio Oriente. Viva la resistencia palestina.