Bosnia-Herzegovina: la lucha emblemática de los obreros de Dita


Ante el inicio de los procedimientos de quiebra, los obreros de la fábrica de detergentes Dita ocupan la planta para evitar un desalojo policial. Desde hace años, enfrentan un vaciamiento empresario que se ha visto facilitado por una legislación permisiva, que no juzga los crímenes financieros y comerciales. Los empresarios que se hicieron de la planta no invirtieron el dinero que les fue proporcionado en concepto de préstamos estatales. Al contrario, adeudan salarios a los trabajadores, que padecen una situación de miseria que les dificulta incluso el acceso a tratamientos médicos.




El cierre de fábricas privatizadas en Tuzla, entre 2000 y 2008, desencadenó una rebelión popular que se extendió por toda la Federación en 2014. En aquel momento, los reclamos populares incluyeron la abolición de los acuerdos de Dayton, que han transformado a Bosnia en una suerte de protectorado bajo la batuta de la Unión Europea. El desempleo en Bosnia-Herzegovina alcanza tasas de más del 44%. La situación no difiere demasiado en el resto de la ex Yugoslavia. La bancarrota capitalista, con su secuela de desempleo masivo y genocidio industrial, ha llevado a otros procesos de ocupación de fábricas y gestión obrera, como los casos de Viome y la ERT3 en Grecia.

El Partido Obrero expresa todo su apoyo al comité de huelga de la fábrica Dita. No al desalojo. Pago de los sueldos adeudados. Expropiación bajo control obrero de la fábrica.