Brasil: crisis, traspié de Netanyahu y maniobra diplomática

Lula rompe con el protocolo del IHRA

Lula, junto a su canciller Mauro Vieira

Lula fue acusado como antisemita por el gobierno de Benjamin Netanyahu, hace más de un año, en febrero de 2024. El primer ministro israelí le aplicó automáticamente el protocolo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) que considera que cualquier crítica al sionismo y al Estado sionista es, en definitiva, una posición antisemita. Jair Bolsonaro, el presidente fascistoide desplazado por el triunfo electoral de Lula en octubre de 2022, había adherido en forma irregular, a Brasil al IHRA como miembro “observador” en 2021.

El IHRA es impulsado por el Estado sionista y los imperialismos yanqui y europeo, para “disciplinar” e impedir la libre expresión contra la agresión sionista a los palestinos. Y se está aplicando con toda alevosía a cualquiera que se atreva a denunciar el genocidio que las fuerzas sionistas están realizando. En la Argentina, Alejandro Bodart (MST) y Vanina Biasi (PO) han sido procesados por criticar el genocidio en marcha y solidarizarse con la lucha del pueblo palestino. Lo mismo sucede en Alemania, Gran Bretaña, etc. En todo el mundo se denuncia el IHRA: antisionismo no es antisemitismo.

Crisis diplomática (y algo más)

Lula, en una cumbre de la Unión Africana  (febrero 2024 en Addis Abeba), denunció que “lo que está sucediendo en la Franja de Gaza no es una guerra, es un genocidio". En la misma también le dio todo su apoyo a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), “gobierno” impuesto por los “Acuerdos de Oslo”, acusado de colaboracionista con el régimen sionista contra la resistencia palestina y hostilizado por la ultraderecha sionista que quiere eliminarlo para integrar toda Palestina directamente a un “Gran Israel”.

Lula está enrolado en los gobiernos que plantean la necesidad de defender dos Estados: el actual sionista y otro palestino, regenteado por la ANP. Planteo que viene tomando cuerpo con las recientes posiciones de Macron y otros líderes imperialistas europeos, contra el accionar de Netanyahu y de las bancadas ultra-religiosas israelíes que propugnan el genocidio y la expulsión de los palestinos y acaban de votar en el parlamento sionista la anexión directa de Gaza y Cisjordania a Israel.

El ataque de la ultraderecha a Lula

Netanyahu está enrolado en el apoyo a la ultraderecha de Trump y Bolsonaro, contra Lula y los BRICS.

Netanyahu salió en punta, declarando el mismo febrero de 2024 a Lula “persona nao grata”, tratando de potenciar a la oposición derechista dentro de Brasil. Esto llevó a una crisis diplomática con retiro del embajador de Brasil en Tel Aviv y no otorgando el reconocimiento a un nuevo embajador de Israel en Brasilia.

Sin embargo, la gran mayoría de la política comercial entre Brasil e Israel se mantuvo durante este año y medio. Brasil es uno de los principales exportadores de petróleo a Israel. En junio de este año, un frente de más de un centenar de organizaciones ambientalistas instaron a Lula, a “suspender de inmediato las exportaciones de petróleo a Israel, porque contribuye con la masacre del pueblo palestino”. El año pasado ya lo habían hecho sindicatos de los trabajadores petroleros. Pero la central obrera (CUT, alineada en el apoyo a Lula) no tomó medidas para pasar a la acción directa, boicoteando los envíos como se ha hecho en diversos puertos del mundo. El gobierno de Lula hacía la vista gorda de estas exportaciones a Israel, trató de ocultar las mismas (en muchos casos, Petrobras -45% privada- hace transferencias del petróleo entre buques tanque en alta mar para abastecer semi secretamente a Israel).

“Lula ya ha condenado el genocidio israelí en la Franja de Gaza, pero el petróleo exportado por Brasil y otros países alimenta la maquinaria bélica de Benjamín Netanyahu”, señaló el comunicado de los ambientalistas. Encuestas han evidenciado que la mayoría de la población de Brasil se pronuncia en contra el genocidio que implementa Netanyahu.

Golpe a Netanyahu y maniobra contra la resistencia palestina

A principios de julio de este año, el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil a través de una resolución, adhirió a la demanda de Sudáfrica por genocidio contra el Estado sionista ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. La Corte Internacional dictó una orden de detención contra Netanyahu, en noviembre 2024, por “crímenes de lesa humanidad”: 10 meses después adhirió el gobierno de Lula.

Una semana después de sumarse a la denuncia realizada por Sudáfrica, Lula, en forma solapada, sin difusión, resolvió la desvinculación de Brasil del protocolo reaccionario del IHRA, aduciendo que había desmanejo en los fondos financieros que habían aportado los estados que adhirieron y también por no coincidir con el rumbo que tomaron las acusaciones contra los que criticaban el genocidio en marcha (Lula entre ellos). Fue Israel quien dio a publicidad esta resolución.

En un reciente discurso en las Naciones Unidas, el canciller brasileño, Mauro Vieira, planteó la necesidad de tomar medidas para parar a Netanyahu en su política genocida sin salida. Y anunció una serie de resoluciones brasileras al respecto. Entre ellas la “Suspensión de exportaciones militares: Bloqueo de exportaciones de material de defensa a Israel”. Un paso adelante después de dos años y medio de exportaciones al enclave sionista.

Pero, ¿el petróleo seguirá fluyendo hacia el ejército sionista?

También anunció la “Investigación de importaciones: Control reforzado sobre productos provenientes de asentamientos ilegales en Cisjordania”. Es una medida ultralimitada. Es como plantean algunas patronales competidoras, el boicot a las industrias que trabajan con mano de obra esclava. Aquí se castigaría a aquellos colonos sionistas que producen dentro de Cisjordania sin acuerdo con la ANP. Israel podría seguir exportando a Brasil desde el resto de su territorio.

El canciller brasileño también planteó el “Fortalecimiento institucional palestino: Asistencia técnica a la Autoridad Palestina en áreas clave para la construcción del Estado”. Es parte de una de las estrategias reaccionarias del imperialismo, la de excluir de Gaza a la resistencia palestina y avanzar con el copamiento por la ANP u otras variantes colaboracionistas, con la ayuda de las burguesías proimperialistas de algunos estados árabes y del propio imperialismo.

En Brasil, la lucha en solidaridad con Palestina Libre, exige que se acabe con el bla, bla discursivo de Lula y que se rompa relaciones diplomáticas con el régimen sionista genocida y se corte de inmediato todo tipo de comercio internacional (exportación e importación) con este. El petróleo brasilero alimenta los aviones que bombardean Gaza, Siria, Líbano, Yemen e Irán. Y se implemente envíos de alimentos, agua, medicamentos y combustible a las asediadas masas palestinas de Gaza.

Fuera Netanyahu de Argentina

El gobierno de Milei está -por ahora- con la estrategia de Netanyahu (y Trump) de profundizar el genocidio y avanzar hacia la anexión sionista de esos territorios en un Gran Israel. Milei ha invitado al presidente sionista carnicero a visitar la Argentina, como una forma de romper su aislamiento internacional.

Debemos organizar un gran repudio nacional contra esta visita. No queremos genocidas en la Argentina. Los genocidas sionistas deben ir a la cárcel. Libertad a los presos palestinos. Retiro de las tropas de Gaza y cese de los bombardeos sionistas. Derecho al retorno de los palestinos expulsados. Ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado sionista genocida. Cese de la persecución a Vanina Biasi y todos los encausados por su crítica al sionismo: antisionismo no es antisemitismo. ¡Fuera Netanyahu y Fuera Milei!