Brasil: danza de candidaturas presidenciales

Las clases dominantes, con un pie en cada una de las tres listas expectables.

Rio de Janeiro

El actual presidente Jair Bolsonaro cierra con Partido Liberal (PL) en su peor momento. Después de escándalos, desprecio por la salud y participación en fraudes, compra de votos y crisis de “intereses” familiares, el presidente es rechazado por la gran mayoría de la población. Una encuesta reveló que menos del 20% de los votantes considera que su administración es excelente o buena.

La vida del presidente, a poco menos de un año de las elecciones en que buscará la reelección, no es tranquila: un tribunal federal juzga por la tarde el foro privilegiado de su hijo, llamado Cero uno, por el caso de los desvíos de fondos en su gabinete.

Solo para recordarles lo que representa el PL que ahora da la bienvenida a Bolsonaro: Valdemar Costa Neto, que es su líder, estaba vinculado al obispo Marcelo Crivella y se ganó la atención cuando fue detenido por aparecer en la lista de coimas mensuales (“Mensalao”) del gobierno del PT. El PL entre sus filas tiene a Tiririca (un payaso de televisión) y al empresario textil, vicepresidente del primer gobierno de Lula, José Alencar. La alianza entre el PL y Lula se produjo en un momento en que el PT se alió con el obispo Emir Macedo y la Força Sindical (sindicalistas de ultraderecha).

En algunos municipios del noreste y en Río de Janeiro, el PL continúa hasta el día de hoy haciendo alianzas con el lulismo. Hace alianzas con Bolsonaro y Lula al mismo tiempo (en diferentes estados).

El PSDB

El Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) es el partido de la burguesía. Ganador en la contienda interna del PSDB, el gobernador de São Paulo, João Doria, comenzó a anunciar su equipo de campaña con un gran nombre, Henrique Meirelles, encargado de coordinar el montaje de un programa económico. Además de ser el secretario de finanzas de Doria, Meirelles es un nombre con mucho poder. Fue presidente del Banco Central en todo el gobierno de Lula (PT), ministro de Finanzas en el gobierno de Michel Temer (MDB) y está afiliado al Partido Social Democrático (PSD) de Gilberto Kassab.

La candidatura de Doria no es segura, hay un sector del PSDB que apoya la candidatura del ex juez Sergio Moro y otra parte prefiere construir su propia fuerza para disputar el gobierno.

El PT

Hablando del PSD, el ex-gobernador paulista Geraldo Alckmin, que estaría cambiando el PSDB por el partido de Kassab, recibió ayer una comitiva de dirigentes sindicales pidiéndole que acepte ser vice de Lula (PT). Alckmin les dijo que se estaba preparando para postularse nuevamente para el gobierno estatal, pero que, sin citar a Lula, surgió “una hipótesis federal” que estaba avanzando.

Entre los sindicalistas que visitaron a Alckmin había algunos que se consideran de izquierda como los del Partido Comunista (PC do B).

Conclusiones

En la carrera electoral presidencial tenemos a las clases dominantes repartidas entre distintas variantes, con constantes lazos y pases entre ellas. El PL tiene alianzas con el PT y Bolsonaro. Alckmin, uno de los grandes nombres entre los representantes de la burguesía estudia conformar la boleta con Lula.

El PT busca sumar al representante de la burguesía Alckmin como parte de su estrategia de hacer más atractiva la candidatura de Lula a los centros de poder. Pero esta movida creará inquietud y oposición en sectores de las bases del PT. ¿Se expresará algún movimiento por abajo en rechazo a esta nueva alianza del PT con representantes del gran capital?

El apoyo de la burocracia sindical a la candidatura de Alckmin fue un paso que la burguesía necesitaba, para asegurarse de que en un eventual gobierno PT-PSD, las luchas de las masas de trabajadores serán contenidas.

Los trabajadores necesitan, más que nunca, organizarse en forma independiente y encarar la lucha por sus urgentes reclamos, y no sentarse a esperar el resultado de las elecciones de dentro de un año. Insistimos en seguir lo que está pasando en Argentina con el gobierno de Fernández y pronosticamos que, después del desastroso gobierno de Bolsonaro, el gobierno burgués que se haga cargo atacará con similares planes de ajuste, privatización y deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores.

Debemos avanzar en la organización política y sindical independiente de la clase obrera y los explotados.