Brasil: diputados del PSOL votan reforzar legislación represiva

A principios de diciembre, la policía hizo irrupción en un baile popular en Paraisópolis, una de las favelas (villas) más grandes de San Pablo. Fue un operativo de terror policial que dejó como saldo nueve muertos y trece heridos. Despertó una ola de repudios por la creciente represión social racista contra la comunidad negra, incrementada desde el ascenso presidencial de Bolsonaro.


En lugar de enjuiciar a los responsables de esta sangrienta provocación, 48 horas después, el gobierno puso a votación, en la Cámara de Diputados, un ‘paquetazo contra el crimen’. Una ley ómnibus, impulsada por el ex juez, actual ministro de Justicia, Sergio Moro, el mismo que dirigió el proceso para meter preso a Lula.


Un conjunto de disposiciones que incrementan condenas, suman nuevas figuras jurídicas punitivas y da mayor impunidad a la represión estatal. Inicialmente, el proyecto pretendía ampliar la llamada 'Ley de Exclusión de Ilicitud', contemplada en el Código Penal, que exime a policías de eventuales condenas y sanciones por acciones letales durante operativos.


"El proyecto nuestro se trata de la GLO (Garantía de la Ley y el Orden)" declaró Bolsonaro en una conferencia en la Escuela del Estado Mayor del Ejército, en Río de Janeiro. Realizadas exclusivamente por orden expresa de la Presidencia de la República, las misiones de la GLO ocurren por un tiempo limitado en los casos que se hayan agotado el uso de las fuerzas tradicionales de seguridad. Como sucede en Chile o como el decreto de ‘excesos’ que dictó el gobierno golpista boliviano hasta lograr la ‘pacificación’. Bolsonaro pone sus barbas en remojo cuando ve cómo se han incendiado los países vecinos con rebeliones populares y, en particular, el más admirado por él, el régimen chileno descendiente del pinochetismo.


Finalmente, a través de una ‘negociación’ donde se eliminó ese punto extremo, quedando en pie el 75% de las reformas represivas, se logró que se votara por amplísima mayoría: 400 votos por la afirmativa, nueve en contra y dos abstenciones. La totalidad de los diputados del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), la gran mayoría de los diputados del Partido de los Trabajadores (PT) y varios diputados del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) votaron SI. Para justificar esta capitulación de principios (reforzar el aparato represivo contra el pueblo), Freixo del PSOL de Rio, se jactó de haber derrotado el proyecto de Moro, votando por el mal menor, por el “proyecto deshidratado”. Pero la derecha festejó semejante votación de ‘unidad nacional’ integrando a la centroizquierda, a la política de ‘orden’ del bolsonarismo.


Entre los tres diputados del PSOL que votaron afirmativamente se encuentra Fernanda Melchionna, de Rio Grande do Sul, integrante del MES, quien apoyó el proyecto unificado, buscando una "reducción de daños".


El PSOL es un rejunte movimientista y electoralista que se ha caracterizado por su política de colaboración de clases. En el último período, conformó una coalición “Vamos”, con el PT y otro partidos, con un programa neokeynesiano de rescate del capital No pasa de un acuerdo superestructural de tendencias donde cada una conserva su zona de influencia. Hay partidos que se reclaman trotskistas y de izquierda que han justificado hacer ‘entrismo’ en el PSOL. Lo que se presentó como una cuestión “táctica” ha terminado demostrando que tiene un alcance más hondo, pues esa izquierda ha permanecido en su seno a pesar de su derrotero conservador y antirrevolucionario. Lo que ha primado es la expectativa de cosechar algún escaño parlamentario con independencia de si el PSOL era un factor de impulso o un obstáculo de la lucha de clases. La votación aquí reseñada es el punto culminante de esta orientación y es un indicador irrefutable de una bancarrota política.