Internacionales

28/11/2020

Brasil: fraude preelectoral del PSOL

El domingo 29 se realizarán –en aquellos distritos donde ningún candidato logro la mayoría necesaria en la primera vuelta- la segunda ronda de las elecciones municipales del Brasil. (Ya hemos publicado un balance de los resultados de la primera vuelta realizada el 15 de noviembre último).

La de San Pablo, la metrópoli más grande del Brasil, aparece como uno de los centros de atención política. Allí va por su reelección el actual prefecto, Bruno Covas, de centroderecha, contra Guilherme Boulos, del centroizquierdista PSOL, que ha pegado un salto electoral, desplazando las candidaturas apoyadas tanto por Bolsonaro, como por el PT de Lula.

La mayoría de la izquierda brasilera, en la primera vuelta, ha apoyado (e integrado) las listas del PSOL. Muchos justificaban este apoyo en que Boulos-Erundina representaban una posición ‘reformista’ de la izquierda, que podía poner un freno al avance del fascismo bolsonarista. Una caracterización con la que no coincidimos porque el PSOL no es un partido reformista. Sí tiene un carácter marcadamente frentepopulista. No viene a defender conquistas de las masas atacadas por el capital, menos aún a luchar por nuevas. La campaña electoral de la primera vuelta puso esto de recontramanifiesto, fue harto conservadora. Como resumen, Boulos declaró enfáticamente en la campaña: “no esperen de mi una demonización del capital”. Y recibió el apoyo de una serie de sectores capitalistas. Defendió a la asesina Policía Militar, se deslindó de las acciones okupas de edificios contra la propiedad privada (a pesar de ser ex dirigente del Movimiento Sin Techo que, como explicó, en su momento solo ocupaba propiedades fiscales), etc. Aunque hay sectores que reivindican su rol como dirigente de lucha de los Sin Techo, cuando estaba dentro del PT.

El PSOL es una ruptura del PT de hace 15 años. Pero en lugar de superarlo, vino a reemplazarlo, o mejor analizado, a completarlo: porque sostiene la misma política de conciliación de clases, no impulsa ninguna lucha ni organización independiente de la clase obrera y las masas, etc. No se presenta como partidario de la lucha de las masas, si como ‘progresista”.

Pues bien, en el transcurso de la campaña electoral de esta segunda vuelta, Boulos y el PSOL han dado un salto. Acaban de presentar en un acto de campaña la formación de un nuevo frente no con solo con el PT y otras organizaciones frentepopulistas, sino directamente con partidos burgueses que han jugado papeles reaccionarios en la lucha política de estos años. Partidos como Rede, PSB y PDT. Son partidos que han apoyado el golpe de estado contra Dilma Roussef y también las reformas laborales y previsionales antiobreras impulsadas por Temer y Bolsonaro. Partidos que se han pronunciado en contra del derecho al aborto, etc.

No se trata solo de un ‘apoyo electoral’ municipal. Muchos actúan como si cada municipio viviera en un microcosmos. Pero dirigentes del PT han declarado que la elección de San Pablo es una vitrina nacional con vistas a las elecciones presidenciales del 2022. Está en discusión entre los políticos burgueses, quién encabezara y que características tendrá la formación de un Frente Amplio contra la reelección de Bolsonaro. Boulos en el acto con la presencia de los dirigentes de los partidos burgueses anunció que si ganaba formaba gobierno con ellos:

“Nuestro equipo recibió un refuerzo de gran talla, es otro equipo. Ya no es la campaña mía y de Erundina, del PSOL con UP y PCB. Hoy es un hito que iniciamos otra campaña, la campaña por el frente democrático y por la justicia social en la ciudad de São Paulo”, dijo Boulos. Pero esto – la confluencia con partidos de derecha- no fue lo que voto una gran parte del electorado de izquierda, en la primera vuelta.

Boulos, ahora, prometió: “Quiero gobernar con las otras fuerzas políticas que están aquí y traer esa sensibilidad a nuestro gobierno”. Preanuncia una política no progresista, sino de ajuste contra las masas y de ‘moderación’.

El PT de Lula apoya en esta segunda vuelta a Boulos. Está en debate como se construirá el Frente Popular o Frente Amplio contra la reelección de Bolsonaro. En diversos planes anunciados aparece como un gran frente que incluye a partidos de la derecha burguesa. En Río de Janeiro se plantean en esta segunda vuelta, votar al candidato de derecha contra el candidato de ultraderecha.

Boulos y el PSOL no desarrollan una real movilización de masas contra la derecha: tratan de circunscribirla al circuito de los medios y las propagandas electorales. En el 2018, el triunfo de Bolsonaro en la primera vuelta detonó una gran movilización de las mujeres bajo la consigna “Ele nao”. Esto rompía con la pasividad del PT que permitió la destitución sin resistencia de la presidenta Dilma, la proscripción y el encarcelamiento de Lula, la sanción de la ley de reforma laboral antiobrera, etc. En esas condiciones de inicio de una movilización de masas en las calles, en la votación de la segunda vuelta era obligatorio para la izquierda llamar a continuar esta lucha en el terreno electoral, votando por la candidatura de Haddad del PT. Pero, aquí no hay nada de eso.

La izquierda debe organizarse en forma independiente y militante, no como apéndice de un partido electoralista y frentepopulista como el PSOL, que a su vez es apéndice del PT y de la política de buscar conformar un gobierno junto a la burguesía.