Brasil: Rebelión obrera frente a los despidos


El despido de 800 operarios de Volkswagen de la planta de Sao Bernardo do Campo, en la región industrial del ABC paulista, desató una formidable reacción obrera: siete mil trabajadores reunidos en asamblea y luego trece mil en una segunda asamblea lanzaron una huelga por tiempo indeterminado hasta que se retiren los despidos. En paralelo a estas medidas los trabajadores de Mercedes Benz comenzaron una huelga de 24 horas para enfrentar el despido de 244 operarios. “Desde 2013”, según informó en un comunicado, “Volkswagen adoptó medidas para administrar el “efectivo excedente” en acuerdo con el sindicato, hubo vacaciones colectivas, banco de horas, reducción de los contratados y suspensión de contratos. Los trabajadores de la planta Anchieta, de Sao Bernardo do Campo, rechazaron el 2 de diciembre el plan de reducción de personal negociado con el sindicato” (El Cronista Comercial, 07/01). La burocracia del sindicato metalúrgico de la CUT tuvo que retroceder y aceptar las medidas de lucha votadas en las masivas asambleas. De todas formas no se privó de achacar a los trabajadores la responsabilidad de los despidos por no aceptar en diciembre los planes de reducción salarial y perdida de derechos laborales propuestos por la empresa para mantener los puestos de trabajo.



El rol de la burocracia fue defender los planes de protección del empleo propuestos por el gobierno de Rousseff que significaron subsidios y desgravaciones fiscales en los últimos años por más de 27 mil millones de dólares. Hubo despidos que, hasta aquí, pasaron: “En 2014, de acuerdo con la Anfavea, la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores, la industria automotriz despidió 12.400 empleados” (Noticias EFE, 08/01). El grueso de estos despidos se concentraron en Río de Janeiro, Minas Gerais y Paraná, pero ahora llegan al centro industrial paulista.


“A causa de este conflicto, el nuevo equipo económico del gobierno de Brasil, encabezado por Joaquim Levy, decidió postergar el anuncio de las primeras medidas de ajuste fiscal prometidas por la presidenta Dilma Rousseff y que se esperaban a través de un decreto. Según los medios brasileños, se había decidido presentar un primer paquete con recortes menores, pero a última hora de ayer prefirieron esperar para realizar un anuncio más completo” (El Cronista Comercial, 07/01).