Brasil: Temer recula ante la huelga camionera

La huelga camionera de ocho días en Brasil contra el aumento del precio de los combustibles parecía llegar a su fin ante los anuncios del gobierno de Temer de retroceder en la medida. Referentes de tres agrupamientos de camioneros aprobaron la vuelta al trabajo, aunque en algunos estados la huelga podría prolongarse, según O Globo. 


Como consecuencia de la escalada del precio internacional y debido a la fuerte devaluación del real, el precio de los combustibles ha dado un nuevo salto en Brasil, llegando a un 50% desde junio del año pasado a esta parte. Frente a esto, las patronales salieron a reclamar una baja del precio para poder mover los camiones y lanzaron un lock out. Pero este reclamo se extendió pronto a los camioneros autónomos que salieron a la huelga con sus sindicatos.


La impopularidad del gobierno de Temer generó una amplia simpatía por los huelguistas. La corresponsal de Clarín observó que la huelga “resume el sentir de los brasileños que viven el paro como una catarsis de sus propias emociones negativas” (27/5).


Una gigantesca huelga


Más de medio millón de trabajadores entraron en huelga durante cinco días y llegaron a registrarse mil piquetes en los 25 de los 27 estados del gigante Sudamericano.


Las consecuencias del paro afectaron a todos los sectores. En Río de Janeiro se multiplicaron los hospitales con faltantes de medicina y en las góndolas de los supermercados se sintió el faltante de alimentos como fruta, verduras, carnes frescas y productos lácteos. También la recolección de residuos se vio afectada. La ciudad de São Paulo, la más rica del país, donde viven 12 millones de personas, llegó a decretar el estado de emergencia. La producción en fábricas, como la de Volkswagen, se vio afectada debido al faltante de diferentes insumos. La empresa de Correos tuvo que suspender la entrega de encomiendas expresas. Ni siquiera los Mc Donald´s pudieron funcionar normalmente, ya que no les llegaba el pan para las hamburguesas. La protesta también afectó las operaciones en el puerto de Santos, en el litoral de Sao Paulo, considerado el mayor terminal de cargas de América Latina y cuyos accesos fueron bloqueados por los trabajadores.


El viernes los aeropuertos del país cancelaron 112 vuelos y el sábado pasado el de Brasilia ya había suspendido otros 40.


En total, 12 aeropuertos de Brasil declararon que se encontraban sin combustible.

Además hubo una disminución de la flota de los transportes públicos del 50% en las principales ciudades del país y más del 90% de las estaciones de servicio llegaron a encontrarse sin combustible. Por otro lado, la asociación de fabricantes de automóviles Anfavea ya había anunciado que toda la producción de vehículos del país se debía detener para el viernes.


La respuesta del gobierno


Para tratar de quebrar la huelga, Temer ordenó la intervención de las Fuerzas Armadas para reprimir los piquetes y las manifestaciones. Sin embargo, antes de esto, tuvo que comprometerse a suprimir un impuesto federal sobre los combustibles, pero además avaló el recorte del 10% en el precio del diésel que había ofrecido Petrobras por 15 días, y lo extendió a todo un mes. El valor del diésel se volverá a evaluar cada 30 días, lo que reemplazaría la política de cambios diarios de precios, dijo el ministro de Hacienda, Eduardo Guardia. A su vez, prometieron nuevas reglas para subsidiar los combustibles para los camioneros y darles así mayor estabilidad frente a las oscilaciones del precio del petróleo.


Como consecuencia de estas concesiones, el gobierno estima que deberán transferir 1.300 millones de dólares a la petrolera estatal para garantizar contener el precio del diésel hasta fin de año. Por otro lado, anunció ya casi tener un acuerdo para que el Congreso vote reducir los impuestos sobre el diésel y contener así la escalada del precio del combustible. El mercado le respondió a todos estos anuncios con una caída del 15% de las acciones de Petrobras al finalizar la semana. “El Gobierno brasileño se rinde para poner fin a una huelga masiva”, tituló el diario El País (24/5).

Los que van al paro ahora por 72 horas son los petroleros. Es necesaria la unificación de las luchas y la huelga general para poner fin al gobierno reaccionario y antiobrero de Temer.