Internacionales
12/2/2004|837
Bush a la defensiva en todos los frentes
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La absolución de Tony Blair por su responsabilidad en el suicidio del científico David Kelly, que denunció la manipulación de los informes de inteligencia, fue calificada por buena parte de la prensa británica como un fraude.
También Bush debió resignarse a nombrar su propia "comisión investigadora" después de que el científico David Kay – un ex inspector de armas que trabajaba para la CIA, a cargo de la búsqueda de las "armas de destrucción masiva" en la Irak ocupada – renunciara a su cargo. La mejor definición del carácter de la "comisión" la dio el propio Bush cuando dijo que "estará inspirada en la que investigó el asesinato de Kennedy"…
La "comisión investigadora" de Bush nos lleva directamente a Irak. Ocurre que el citado Kay renunció porque el gobierno reasignó los recursos humanos y materiales de inteligencia a la lucha contra la resistencia iraquí. Según Kay, "existe una situación cercana al pánico entre muchos oficiales en Bagdad por el creciente número de bajas" (El País, 27/1). Efectivamente, en enero el ejército de ocupación sufrió el segundo mayor número de bajas desde el comienzo de la guerra. "Varios comandantes (norteamericanos) reconocieron no haber notado ningún retiro duradero de la insurgencia después de la detención de Saddam" (Clarín, 5/2).
Por otro lado, el "plan político" para el "traspaso del poder" a los iraquíes ideado por el virrey Bremmer y el Consejo de Gobierno Interino (un complejo sistema de elecciones tribales restringidas) se vinieron abajo cuando el ayatollah Alí Sistani, la principal autoridad religiosa de la mayoría shiíta y un "moderado" que colabora con la ocupación, reclamó elecciones generales y la intervención de la ONU.
Según El País (26/1), Bush aceptaría negociar con los shiítas y con la ONU. Sin embargo, un ala del propio gobierno norteamericano (Cheney, Rumsfeld) se opone a ceder, total e incluso parcialmente, el control político de Irak a la ONU. La "salida política" enfrenta otras contradicciones. Los dirigentes kurdos aliados a Estados Unidos reclaman que se proclame la "autonomía de Kurdistán" y se oponen a las elecciones generales. Estos reclamos elevaron la tensión entre árabes y kurdos en el norte de Irak.
Obligados a arbitrar entre sus aliados kurdos y sus aliados shiítas, los norteamericanos prevén "ofrecer mayor participación a los kurdos en el Consejo de Gobierno Interino y en la reconstrucción de Irak" (Stratfor, 6/1). El anuncio del virrey Bremmer de que Estados Unidos atacará los campamentos y a los militantes del PKK (el principal partido kurdo de Turquía), que se encuentran refugiados en el norte de Irak, fue inmediatamente saludado por el gobierno turco. Incluso, "un alto oficial norteamericano no excluyó acciones conjuntas de las fuerzas norteamericanas y de las dos principales fracciones kurdas del norte iraquí contra las áreas dominadas por el PKK turco" (Financial Times, 29/1). Es decir que las direcciones nacionalistas kurdas podrían convertirse, en alianza con los imperialistas y los gobernantes turcos, en verdugos de los kurdos de Turquía.
Sin soluciones a la vista, el pantano iraquí es cada vez más profundo