El pasado martes, la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó el proyecto de ley que buscaba despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, por lo que la iniciativa quedará archivada. Con 65 votos en contra, 62 a favor y una abstención se cierra la puerta, por el momento, a la intención de modificar el Código Penal para excluir la práctica del catálogo de delitos. Se verificaron ausencias significativas de la “oposición” que se dice favorable al derecho al aborto como el candidato a presidente por Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, y Giorgio Jackson, integrante de su comando.

Así las cosas el aborto continúa criminalizado y quienes decidan igualmente realizar la práctica quedan sometidxs a la violencia de la clandestinidad. Lxs diputadxs del Frente Amplio, que con su ausencia contribuyeron a la política que lleva décadas persiguiendo mujeres que toman la decisión de realizarse un aborto, se excusaron manifestando que estaban “pareados” (1) con sus pares oficialistas. Estamos frente a una conducta injustificable que da cuenta que el compromiso de Apruebo Dignidad con una de las principales demandas del movimiento de mujeres está escrito en papel mojado.

Nuestras reivindicaciones, sacrificadas

No es casual la ausencia de diputadxs del FA en una instancia crucial como la del martes donde se definía la suerte de una reivindicación histórica, ya que asistimos a una deliberada derechización de sus planteos programáticos en aras de congraciarse con los sectores “del centro”, para obtener su voto con el objetivo de llegar a La Moneda. Más pacos en barrios populares, rechazo al indulto a lxs compañerxs presxs políticxs, garantías al gran empresariado y ahora una contribución directa a que el derecho al aborto siga siendo una práctica perseguida con el Código Penal en la mano, dándole la espalda al movimiento de mujeres que justamente ha sido uno de los primeros sectores en convocarse para enfrentar el avance de la ultraderecha pinochetista.

El aborto clandestino tiene consecuencias nefastas en la existencia de las personas con capacidad de gestar: nuestra vida e integridad física y mental queda en manos de lxs mercenarixs que lucran con esta práctica. Además de transitar por estas violencias (que se suman a la angustia de conseguir el dinero necesario pues representa sumas exorbitantes en relación a los ingresos de la mayoría de las trabajadoras), está siempre latente la posibilidad de que el Estado, a través de su sistema penal, caiga con todo su peso y terminar encarceladxs. Estamos frente a una poderosa herramienta de disciplinamiento contra los cuerpos gestantes en particular, pero contra contra la clase obrera en general pues somos nosotrxs, las y los trabajadores las principales víctimas del aborto clandestino.

Lo sucedido sirve al movimiento de mujeres y disidencias trabajadoras para sacar las conclusiones políticas necesarias para avanzar en la conquista de este y todos nuestros derechos: sólo movilizadas y con independencia política del Estado, las iglesias y los partidos del régimen de los 30 años lo vamos a lograr, derrotando a los Kast pinochetistas y superando la pusilanimidad proburguesa de los Boric.

(1) El pareo es un acuerdo entre dos parlamentarios de distintos partidos que consiste en que, durante un plazo determinado, se comprometen a no participar en ninguna votación si uno de ellos está ausente.