Chile: los desafíos que la crisis plantea a la izquierda revolucionaria

Debates y conclusiones de la charla-presentación de la revista En Defensa del Marxismo.

Días atrás, en el marco de las actividades de presentación del N°57 de “En Defensa del Marxismo”, se realizó una charla con compañeras y compañeros de Chile, organizada por la Fuerza 18 de Octubre, con la participación del economista y dirigente nacional del Partido Obrero, Pablo Heller. “Crisis mundial y su impacto en Chile y América Latina” fue el título de la actividad, como disparador para analizar el contexto internacional en que tuvo lugar la revuelta popular iniciada el 18 de octubre del 2019 y las perspectivas de un proceso político que está lejos de cerrarse. En particular, se hizo un balance de las consecuencias para América Latina, como “patio trasero” de EEUU, de la debacle que significa para el imperialismo norteamericano el repliegue en Afganistán. Cómo esta derrota política representa mejores condiciones para lxs explotadxs del mundo entero, pero en particular aquellos que se alzaron contra los gobiernos apoyados por el imperio, como el caso de Chile.

Un destacado lugar en el intercambio entre lxs asistentes a la charla tuvo la consideración de las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, con las que los partidos guardianes del régimen de miseria vigente pretenden clausurar definitivamente las perspectivas de transformarlo, abiertas con la rebelión popular. ¿Es posible? ¿En qué condiciones del país e internacionales va a asumir el gobierno que resulte electo? ¿Un eventual gobierno del Frente Amplio-Partido Comunista va a poder contener el descontento popular producto de las condiciones de vida aún más degradantes a raíz de la pandemia? fueron preguntas que se plantearon a lo largo del debate entre lxs asistentes.

Justamente, la participación en la actividad de personas que apostaron a Daniel Jadue (PC) en las primarias de “Apruebo Dignidad” como la opción “más a la izquierda” frente a Gabriel Boric (FA), centró la conversación en torno a la estrategia que deben darse las fuerzas que se reclaman revolucionarias en este contexto, considerando la experiencia recorrida con los gobiernos centroizquierdistas nucleados en el Foro de San Pablo antes y el Grupo Puebla ahora. Hablamos de gobiernos que han cedido a las presiones del gran capital internacional convirtiéndose en vehículos de las políticas neoliberales.

Los programas políticos de Gabriel Boric y el de Jadue no tenían diferencias sustanciales y, en líneas generales, planteaban concesiones en materia social y fuertes garantías al capital. Pero la estrategia de contemporización con los intereses de la burguesía ya mostró todos sus límites y si para algo ha servido en todo caso fue para pavimentar el retorno de la derecha al poder.

El debate planteado en esos términos es fundamental, porque recoge las contradicciones de miles de chilenas y chilenos que han salido a luchar para terminar con los 30 años de políticas para el beneficio de una minoría parasitaria y ahora la salida planteada sería conformarse con el mal menor, o sea con un gobierno del FA/PC.

Entonces, este balance sirve para dimensionar la responsabilidad que tienen la izquierda que se reclama revolucionaria, el movimiento obrero combativo e incluso los independientes de darse una política para superar esa experiencia que ya se mostró incapaz para realizar las transformaciones que requieren las demandas populares. Necesitamos poner en pie un polo de independencia de clase, que levante un programa obrero y socialista que, desde el impulso a la movilización popular, interviniendo en las luchas en curso, se erija también como una fuerza que intervenga en las elecciones. Por una alternativa de las y los trabajadores en todos los terrenos y que en el plano internacional contribuya al desafío de superar al Grupo Puebla y abrir una perspectiva revolucionaria.