Chile: Los fondos de pensión, en bancarrota

En apenas cuatro meses, las AFP (fondos de pensión) chilenos perdieron 2.000 millones de dólares, nada menos que el equivalente a un año de aportes, por la crisis de las hipotecas inmobiliarias en los Estados Unidos.


¿De qué estamos hablando? ¿De la crisis financiera internacional o del derrumbe del gobierno de la Concertación? De ambas cosas, que se entrecruzan para desgracia de Bacehelet y la Concertación.


El pinochetismo desarrolló, en base a la expropiación del salario de los trabajadores, un régimen jubilatorio que acumuló fondos inmensos. Los gobiernos de la Concertación lo mantuvieron en pie. Los fondos acumulados se han invertido masivamente en el exterior. Por eso, Chile sufrirá brutalmente las consecuencias de la crisis financiera internacional. Esos golpes serán demoledores para la ya fragmentada Concertación y su gobierno, golpeada por el ascenso de la movilización popular que comenzó con la huelga de los secundarios y se consolidó con la victoria de los mineros de la Codelco. 


Se trata de un error, sin embargo, afirmar que las AFP “perdieron”. Las AFP no “pierden” nunca porque sus beneficios provienen de las comisiones que cobran a los trabajadores por administrar sus aportes; esas comisiones, claro, son independientes del “rendimiento” de los fondos. Los que perdieron, en realidad, son los trabajadores que han visto evaporarse, en apenas cuatro meses, los aportes de todo un año.


Esto explica algo que sorprendió al economista Manuel Riesco, que denunció las pérdidas de las AFP. Riesco “se mostró sorprendido de que tanto la autoridad como las mismas AFP promueven los llamados ‘fondos A’, que son los más riesgosos invertidos en el exterior” (Clarín, 15/12). Se están jugando la jubilación de millones de trabajadores chilenos en la timba más riesgosa.


Incluso podría tratarse de un error afirmar que “perdieron 2.000 millones”. Como explica el propio Riesco, “persiste la incógnita respecto del valor real de las carteras en poder de las instituciones financieras, pese a los llamados persistentes a ajustar el valor de los activos que las respaldan a sus valores de mercado actuales, de modo de reflejar en toda su magnitud las pérdidas incurridas” (ídem). Es decir, que las AFP están “maquiillando” las pérdidas reales, que podrían ser mucho mayores. Esto ya sucedió en Estados Unidos. Inicialmente los bancos anunciaron montos de pérdidas que, en la práctica, fueron entre seis y siete veces superiores a los anunciados.


Como, según todos los pronósticos, la crisis financiera va agravarse en el 2008, las AFP chilenas enfrentan la perspectiva de ir a la quiebra.


La bancarrota de las AFP confiscará los aportes jubilatorios de millones de trabajadores. Pero, como lo demostraron las luchas de los últimos tiempos, los trabajadores chilenos no están dispuestos a dejar pasar una confiscación más. La crisis financiera internacional amenaza provocar en Chile crisis sociales y políticas de una magnitud hasta hoy desconocida por los gobernantes de la Concertación.