Chile: Mineros de la Escondida llaman a Nacionalizar el Cobre

En una combativa asamblea realizada la tarde del miércoles, los mineros de La Escondida señalaron llevaran la lucha hasta las últimas consecuencias. Luego de que un intento de negociación y de bajar parcialmente sus reclamos, su intento fue respondido con una embestida de los gerentes y la amenaza de contratar nuevos trabajadores. Enfurecidos, los mineros cortan desde la noche del martes las rutas de Antofagasta y las que conducen al yacimiento. “La mesa de diálogo está rota y esto significa que tenemos que ir hasta las últimas consecuencias, creemos que llegó el momento de hacerles entender que aquí mandamos los chilenos y no los extranjeros” (APA, 23/8), señaló el presidente del gremio, Luis Troncoso. Mientras tanto, la Asamblea votaba “la necesidad de renacionalizar el cobre chileno, privatizado por la dictadura y los gobiernos de la Concertación” (APA, 23/8). El conflicto en la Escondida había entrado en una nueva fase hacia el final de la semana pasada. El domingo en asamblea y el lunes en votación formal, más del 98% de los 2052 mineros rechazaron la propuesta del grupo BHP Billiton, dueño de la mina, por considerarla absolutamente insuficiente, tanto por el monto ofrecido (4% de reajuste y 9 millones de pesos en bonos) como también porque contiene sumas en forma de préstamo y un 45% del aumento sería absorbido por los impuestos fiscales. La huelga que mantiene paralizada la producción de la mina en un 40 a 60%, ya ha cumplido más de 15 días, lo cual permite a la empresa la negociación individual de los contratos. Los trabajadores se mantienen firme con el paro, pero han bajado sus aspiraciones de un 10 a un 8% de aumento y 10 millones de pesos en bonos (en vez de los 16 millones iniciales). Si consideramos que la empresa, que produce el 8% de la producción mundial de cobre, en los primeros seis meses del año tuvo ganancias por más de dos mil millones de dólares (221% más que en 2005) y que los salarios de los trabajadores permanecen inamovibles desde 2003, es indudable que la postura del grupo BHP es un intento de quebrar la organización gremial. El comienzo de una tendencia a la baja en el precio mundial del cobre (2,3% en Nueva York) demuestra que el pulpo capitalista estima que hay una sobreproducción mundial que le permitiría resistir la gran huelga de los trabajadores.