China: ascenso colosal de los ‘accidentes laborales’


El llamado modelo chino de “crecimiento” viene desatando numerosas muertes de trabajadores, producto de las nefastas condiciones laborales. 


 


El pasado 15 de agosto, dos explosiones derivaron en el incendio de un depósito en el puerto de Tianjin, un municipio situado al norte del país, que produjeron la muerte de 139 trabajadores, un saldo de centenares de personas heridas (aproximadamente 700) y 65 desaparecidos. La empresa china Ruihai International Logistics no contaba con las medidas de seguridad e instalaciones correspondientes cuando se encendieron productos inflamables y explosivos. Las autoridades chinas han cerrado 40 páginas web y cientos de cuentas en redes sociales con el argumento de que fomentaban el “pánico”, cuando se supo que se encontraron niveles de cianuro 356 veces superiores a lo normal y que el agua que rodeaba el puerto terminó contaminada (El País, 20/8). Los propietarios estarían aparentemente ligados a la burocracia del PCCh.


 


En los últimos días se han detenido a decenas de involucrados, entre los que figuran Yu Xuewei y Dong Shexuan -presidente y vicepresidente de la empresa. Según el español El Mundo, éstos controlaban el accionario de la compañía a través de testaferros que tienen íntimas ligaduras con la burocracia estatal; el gobierno despojó del cargo al jefe de la Administración Estatal de Seguridad Laboral, Yang Dongliang, luego de las intensas movilizaciones de las masas exigiendo justicia (27/8).


 


Estos accidentes ponen de manifiesto un sistema de seguridad laboral condicionado a la exigencia de una tasa de plusvalía, característico de la época de la acumulación primitiva, de un lado, y de la decadencia del capitalismo, del otro. Un desarrollo combinado que se cobra la vida de miles y miles de obreros.