Colombia: basta de crímenes contra militantes sociales

Tres nuevos casos en el mes de marzo

Alexis Vergara Colorado, delegado de la Asamblea Sindical del Ingenio La Cabaña

En vísperas del paro nacional del 25 en Colombia, que tiene entre sus reclamos la denuncia de la violencia sistemática que libra el Estado colombiano contra las masas, el número de dirigentes sociales asesinados sigue creciendo día a día. 


Durante la primer semana de marzo, tres dirigentes fueron asesinados en menos de 48 hs. Estamos hablando de Astrid Conde, exguerrillera de la Farc; Alexis Vergara Colorado, delegado de la Asamblea Sindical del Ingenio La Cabaña; y el principal dirigente cafetero de la Asociación de Trabajadores del Campo, Julio Gutiérrez Avilés (El Heraldo, 6/3). En todos los casos, la metodología es similar: irrupciones en hogares o intercepciones en las calles durante la madrugada de encapuchados que disparan sin mediar palabra y escapan sin ser reconocidos.


No son casos aislados, eso está más que claro. Los grupos parapoliciales siguen operando en Colombia con total impunidad. Según cifras oficiales del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), 74 dirigentes sociales fueron asesinados este año, de los cuales 15 son exguerrilleros que abandonaron las armas durante los acuerdos de paz (RFI, 4/3). Recientemente, Iván Duque le negó el paso a una misión de la ONU, calificándola como "una intromisión a la soberanía de Colombia" (BBC, 4/3).


En suma, desde 2014, son más de mil los asesinatos totales, le siguen casi un centenar de desaparecidos y hostigamientos represivos. El gobierno ha violado todos los puntos del acuerdo de paz, que no garantizó la paz en Colombia. El oficialismo intenta instalar el relato de supuestos enfrentamientos, para camuflar el carácter terrorista del Estado colombiano, que lleva a cabo al mismo tiempo una ofensiva contra las masas (reforma laboral y jubilatoria). Contra esta política se produjo la sublevación de noviembre pasado. Las manifestaciones aún se mantienen.


Cabe señalar que Colombia es un aliado clave de Trump y el imperialismo yanqui en la región, incluyendo sus provocaciones golpistas contra Venezuela.


Repudiamos los crímenes y desapariciones del Estado colombiano.