Comienza el juicio a José Padilla

Cinco años después de que el secretario de Justicia, John Ashcroft, anunciara al mundo que Estados Unidos había desbaratado un temible plan de Al-Qaeda para detonar una bomba en una ciudad grande y que había arrestado a un “terrorista conocido”, José Padilla es llevado a juicio. En el medio, Bush lo catalogó de combatiente ilegal, lo que lo relevó de formularle cargos y despojó a Padilla de todos sus derechos constitucionales, incluido tener un abogado. Más tarde, el gobierno cambió las acusaciones: la actual se basa en una conversación telefónica de 1993 que afirman que es en clave. Mientras tanto, Padilla vivió en celdas de aislamiento total y fue sometido a las peores torturas, hasta perder la razón. El y otros dos acusados, Hassun y Kifah Wael Jayyusi, son acusados de asociarse para “asesinar, secuestrar y dañar" y de apoyar a grupos terroristas. La mayoría de las pruebas siguen siendo reservadas y la condena puede ser a perpetuidad. Los tres se declaran inocentes.


El tribunal está tratando de formar el jurado, pero la mayoría reconoce que “no sería imparcial” con este mozo de bar, norteamericano hijo de portorriqueños, que mientras purgaba un delito menor en la cárcel se convirtió al Islam. Un anticipo del carácter del juicio lo ofreció la jueza Marcia Cooke, que dijo que aunque las acusaciones “no establecen una relación directa” entre los acusados y el atentado a las torres gemelas, sería “simplista” prohibir las referencias a los ataques de 2001 (AP, AFP; 15 y 17/4).