Con los obreros de la ex Pechiney y la Cámara del Trabajo de Livadia

Cuarta conferencia Euromediterránea


Entre las actividades realizadas en torno a la Conferencia Euromediterránea se destacó la entrevista con la dirección clasista de la ex Pechiney, la gran fábrica de aluminio (2.000 obreros) en Livadia, a 120 kilómetros de Atenas, y con la Cámara del Trabajo. Fuimos recibidos por la directiva sindical y delegados, y otras representaciones obreras y de izquierda. Se reflejó el interés por la lucha obrera en la Argentina; sólo semanas antes Cristina Kirchner había estado en Grecia, donde apoyó al gobierno ajustador de Syriza y Anel -este último de la derecha clerical y militar. La izquierda argentina y el chavismo habían presentado a Syriza como modelo ‘exitoso’ contra el FIT. La fábrica se encontraba, ese día, en elecciones de delegados.


 


Los compañeros interpelaron a Jorge Altamira, luego de escuchar un informe con mucha atención. Se entusiasmaron al saber del peso del clasismo argentino en la fábrica Aluar en Chubut.


 


Interpelados, a su vez, acerca del movimiento obrero griego, describieron la continuación de un estado desmoralización, desde la ‘traición’, por parte del gobierno izquierdo-derechista, al referendo de 2015 que había rechazado el ‘ajuste’ exigido por la Comisión Europea, el FMI y el BCE, la troika. En los días previos a la reunión se habían producido paros y movilizaciones contra la firma de un tercer memorándum; un informe reciente del FMI prevé que la deuda externa de Grecia podría comenzar a declinar como porcentaje del PBI (no en términos absolutos) a partir de 2060 (¡!). La caracterización de una desmoralización de las masas fue señalada por el NAR (Corriente de Izquierda), que integra la coalición Antarsya, en otra entrevista. Las masas no encontraron un canal político alternativo al momento de la ‘traición’.


 


Los compañeros nos señalaron que la desocupación ronda el 25% y en el caso de los jóvenes en el 50%. Caracterizaron que la capacidad de resistencia sindical de los trabajadores está afectada negativamente por estos niveles de desempleo. El sector sindical que dirige la ex Pechiney perteneció, sucesivamente, al Pasok y luego a Syriza, y ahora se presenta como una corriente antigubernamental y antiburocrática. Otros referentes de la Cámara del Trabajo se encuentran desocupados o afectados por una rebaja nominal de salarios.


 


Está claro que la transición política que significa el ascenso de Syriza, primero en el plano parlamentario (en 2012 pasó del 4 al 26% de los votos) y luego al gobierno, no fue aprovechada por las corrientes revolucionarias, de diferentes orientaciones y peso político, para desarrollar un puente hacia una situación y salida revolucionarias. Nos hemos llevado la impresión de que el debate acerca de esta transición está ausente.