Vivimos en una época de intensas luchas por la dominación mundial. En el centro de estos enfrentamientos se encuentra un imperialismo estadounidense en declive y agresivo y China, que ha emergido como gran potencia capitalista. Es una época de explosión de los antagonismos capitalistas, de catástrofes ecológicas y de conflictos militares que tienen como víctimas a las clases trabajadoras y a los pueblos. Esto es el resultado de una crisis del sistema capitalista que no puede ser superada eficazmente y de la lucha por la hegemonía internacional. Una expresión de esta lucha es la guerra en Ucrania; una guerra que constituye el punto de partida de una nueva fase, a la que se han añadido el genocidio en Gaza y las operaciones militares en Medio Oriente. Estos enfrentamientos militares se están desarrollando como miniaturas de una Guerra Mundial con riesgo real de extenderse a otras partes del planeta.

1) El ascenso de Trump al gobierno norteamericano preanuncia una ofensiva derechista reaccionaria no solo contra los trabajadores y explotados de los EEUU (expulsión violenta de inmigrantes), sino también a nivel internacional. Los ataques contra los inmigrantes y la comunidad LGBTI son utilizados por la extrema derecha como los primeros movimientos en un intento de militarizar la sociedad contra todos los trabajadores y pueblos explotados. La lucha contra la represión y la política tendiente al fascismo de Trump, no debe estar subordinada a ningún tipo de frente de colaboración de clases con sectores pseudo democráticos de la burguesía, sino que debe estructurarse sobre la organización y movilización política independiente de los trabajadores  y movimientos sociales en defensa de la naturaleza, las demandas sociales y los derechos democráticos. Los frentes de colaboración de clase y los “malos menores” han mostrado sistemáticamente su incapacidad para enfrentar a estas fuerzas de ultraderecha, con sus políticas de desmovilización y adaptación.

2) Combatimos toda ilusión de que Donald Trump venga a imponer una política de paz, contra las guerras. No estamos frente a una tendencia aislacionista y pacifista del imperialismo, sino a una política expansionista y agresiva. Sus amenazas de invadir y tomar el control del Canal de Panamá, sobre Groenlandia, e incluso Canadá, así lo evidencian. Más allá de Panamá, las amenazas a los países para que acepten recibir la deportación violenta de sus ciudadanos y el inmediato restablecimiento de Cuba como supuesto estado terrorista marcan una amenaza de intervención militar activa en América Latina para imponer intereses coloniales. Nos oponemos a cualquier intervención norteamericana así como a la continuación del bloqueo a Cuba, al tiempo que denunciamos las reformas de libre mercado y las medidas de austeridad llevadas a cabo bajo el actual gobierno, y exigimos la libertad de aquellos encarcelados por reivindicar los derechos de los trabajadores.

3) Trump se había comprometido a lograr la suspensión de la guerra en Ucrania, en sus primeras 24 horas de gobierno. Ahora afirma que en los próximos 100 días. La eventual pax norteamericana que se propone lograr será solo un interludio de nuevas guerras (como fue el acuerdo de Minsk, 2014) y el precio lo pagarán los trabajadores y explotados de Ucrania y Rusia. La vida y la sangre de un millón de muertos y heridos de ambos pueblos serán sacrificadas en aras de un nuevo trazado de fronteras y de un saqueo aún más amplio de la riqueza producida por los trabajadores.

4) El acuerdo de alto el fuego en Gaza es un fracaso de los planes de Israel contra la resistencia palestina. Netanyahu llevó a cabo una política genocida contra el pueblo palestino, anunciando que sólo terminaría con la destrucción total de la resistencia palestina y la expulsión de los palestinos de Gaza. Esto no lo consiguió, a pesar de que la propuesta de Trump de expulsar a 1,5 millones de palestinos no debe tomarse como una bravata. Netanyahu no tuvo más remedio que reconocer el arraigo popular de la resistencia y negociar el intercambio de rehenes. Si los palestinos se vieron obligados a firmar un acuerdo que no impone la retirada total de las tropas sionistas, se debe al aislamiento al que fueron sometidos por las burguesías árabes que han adoptado políticas colaboracionistas con los países imperialistas occidentales y el sionismo. La reanudación de la guerra sionista contra los palestinos es muy probable. Al mismo tiempo, Estados Unidos, en coordinación con Israel, se prepara para lanzar ataques contra Yemen e Irán. El Estado sionista no es compatible con el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo palestino. Es necesario profundizar la movilización internacional contra las provocaciones sionistas/imperialistas en Gaza, Líbano, Siria y todo Oriente Medio. Retirada total de las tropas sionistas apoyadas por el imperialismo. Libertad para TODOS los presos palestinos. Derecho al retorno de los palestinos expulsados de sus hogares.

5) La tendencia a una guerra mundial intercapitalista está plenamente arraigada en la situación internacional. Trump impulsa una política de Estado: preparar la guerra contra China. El escenario de enfrentamientos planteado incluye la conciencia de que para avanzar debe chocar directamente con las potencias europeas y sus aliados occidentales. La guerra imperialista es una consecuencia directa de la crisis histórica del sistema capitalista. Rusia y China no representan un bando homogéneo, y mucho menos progresista o antiimperialista. Son grandes potencias capitalistas que actúan según sus propios apetitos e intereses reaccionarios para sostener sus regímenes de explotación y opresión. Su objetivo es el derrocamiento del mundo «unipolar» estadounidense por una «multipolaridad» con más actores. Sin embargo, la fragmentación del sistema imperialista no lo hace más benigno, sino más violento en sus convulsiones. Los internacionalistas luchamos contra la guerra imperialista y proponemos, si se manifiesta con nuevas batallas parciales y/o abiertamente, transformarla en una guerra de clases contra el imperialismo capitalista: «Guerra a la guerra», «el enemigo de los trabajadores es la burguesía de nuestros propios países». Luchamos por la confraternización entre obreros y soldados ucranianos y rusos, por derrocar a los gobiernos del hambre, la represión y la guerra, por gobiernos obreros. Apoyamos plenamente las luchas de los pueblos oprimidos de Asia/África/América Latina contra todas las potencias imperialistas.

Sobre la base de estos principios comunes convocamos:

a) una acción internacional contra la persecución y deportación de migrantes en EEUU, Europa y todo el mundo los días 7 y 8 de febrero, concentrándose en las embajadas y consulados de EEUU contra la campaña de criminalización, detenciones masivas y deportaciones llevada a cabo por la administración Trump.

b) Una acción internacional común en la semana del 24 de febrero, tercer aniversario del inicio de la actual guerra entre la Otan y Rusia, manifestándonos por el fin inmediato de esta guerra y del genocidio en Palestina, y contra la tendencia a una nueva guerra interimperialista global.

c) un foro virtual internacional contra la represión de los gobiernos capitalistas sobre las organizaciones socialistas y los movimientos de masas, que se celebrará a principios de abril

d) una Conferencia de organizaciones internacionalistas contra la guerra imperialista que se celebrará en Europa entre mayo y junio de 2025.

Primeras firmas:

NAR (Corriente Nueva Izquierda) de Grecia

Partido Obrero de Argentina

SEP (Partido Socialista de Trabajadores) de Turquía

TIR (Tendencia Internacionalista Revolucionaria) de Italia

Partido Marxista Leninista de Alemania MLPD (ver ANEXO ACLARATORIO)

Comunistas de Cuba

Grupo Acción Revolucionaria (GAR) de México

United Front Committe for a Labor Party (UFCLP) de Estados Unidos

Fuerza 18 de Octubre de Chile

Agrupación Vilcapaza de Perú

Tribuna Classista de Brasil

Reunión internacionalista lanza conferencia contra la guerra imperialista en Europa y un plan de acción

Se realizó en forma online, con referentes de 17 países -

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