Los trabajadores de Costa Rica ingresaron este lunes en el día 29 de su huelga contra el paquete fiscal que impulsa el gobierno centroizquierdista de Carlos Alvarado. Este redobla la presión impositiva sobre las masas y ataca los ingresos de los trabajadores públicos.

El viernes pasado, la asamblea legislativa aprobó por mayoría el paquete de ajuste, que debe ser convalidado ahora por la justicia para volver de nuevo al órgano legislativo para una segunda y definitiva sanción. Por este motivo, los sindicatos –que denuncian la inconstitucionalidad de la medida- dirigieron sus protestas este lunes sobre el palacio judicial en San José, la capital del país. 

La huelga y las protestas son organizadas por un frente de sindicatos llamado Unidad Sindical y Social Nacional (USSN). A fines de septiembre, las bases de los gremios votaron la continuidad de la huelga en masivas asambleas que rechazaron un acuerdo suscripto entre el gobierno y la directiva sindical, bajo la mediación de la Iglesia Católica, que levantaba el conflicto a cambio de difusas promesas de negociación y mejoras en la reforma fiscal. La huelga conserva su fortaleza, pese al carácter conciliador de la dirigencia sindical y al abandono de algunos gremios del sector de salud. Aunque los trabajadores del sector privado no están en paro, debido a una gran desorganización y una legislación antihuelgas (la reforma procesal laboral), sí hay piquetes en los que convergen con trabajadores del sector público y el movimiento estudiantil.

Alvarado, que cogobierna junto al partido socialcristiano, presenta al paquete fiscal como inevitable frente a un déficit fiscal que podría llegar al 7% del PBI para este año. Pero el problema en Costa Rica no son los trabajadores sino las zonas francas y la evasión impositiva por parte de los grandes capitalistas. Un autor afirma que el 25% de las grandes empresas del país declara “cero utilidades” (Resumen Latinoamericano, 21/9).

El paquete fiscal se ha transformado en una gran pulseada política contra un gobierno antiobrero. Vamos por la victoria de los trabajadores.

 

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