“Crece el terror fascista en Honduras”

El día 20 de abril, a la salida del canal de televisión donde trabajaba, una ráfaga de disparos de un sicario acabaron con la vida del periodista Jorge Orellana. De esta forma, ya son seis los periodistas asesinados desde la asunción del golpista de Porfirio Lobo.

El terror fascista desarrollado desde el Estado, pero particularmente a partir de fuerzas paraestatales, es una señal de la incapacidad que han tenido los golpistas para consolidar el gobierno surgido luego de las ilegítimas elecciones del 28 de noviembre del año pasado, organizadas al amparo del imperialismo norteamericano.

La persecución y el asesinato se extienden no sólo a los miembros de la Resistencia, sino a todos los sectores organizados. El movimiento campesino, ligado en muchos casos a comunidades originarias, se ha convertido en uno de los principales objetivos de los sicarios. Sólo en la semana pasada han sido asesinados 5 campesinos y se han protagonizados varios enfrentamientos para desalojar tierras en beneficio de los terratenientes locales.

El secuestro y desaparición de Oscar Flores, miembro activo de la resistencia desde el mismo día del golpe de Estado, y reconocido por ser quien encabezaba las movilizaciones llevando la pancarta donde se informaba sobre los días que lleva la resistencia desde el golpe de junio de 2009, se ha convertido en todo un símbolo de la intimidación política de los golpistas.

Si bien esta nueva ofensiva fascista golpeó las fuerzas de la Resistencia, quien ya no realiza movilizaciones diarias como ocurría en las primeras semanas posteriores al golpe, aún no ha podido derrotarla. La realización de seis grandes manifestaciones en las ciudades más importantes de Honduras para el 1 de mayo ha sido una demostración de esta vitalidad.

Los gobiernos latinoamericanos han abandonado de su agenda el tema de Honduras. El imperialismo norteamericano, ha comenzado a construir una nueva base militar en Honduras.