Crece la huelga en las comarcas mineras de España

"No es que estemos indignados, es que estamos hasta los cojones"

Cuando se cumplen ya veinte días de la declaración de huelga indefinida en la minería de carbón, sigue creciendo la lucha de los trabajadores contra los recortes de los subsidios estatales que plantean el cierre de gran parte de esa industria, base fundamental de la economía de la región. Se trata de un sector que viene sufriendo un deterioro tras décadas de vaciamiento: se calcula que, actualmente, las minas de carbón españolas dan trabajo a unos 8 mil obreros en casi cincuenta explotaciones, mientras que hace 27 años empleaban a más de 50 mil. La producción ha caído de 20 millones a 8,5 millones de toneladas. El recorte drástico de los subsidios que ha resuelto Rajoy implica enterrar definitivamente toda la producción minera y condenar al desguace a toda la región.}


Los enfrentamientos y escaramuzas con las fuerzas policiales son cotidianos en toda la cuenca, como consecuencia de la represión policial a los persistentes cortes de rutas y ferrocarriles de los trabajadores mineros. Los periódicos de toda España informan diariamente de la aguerrida resistencia de los mineros, quienes enfrentan a la policía con "técnicas de la guerrilla urbana y el uso de ‘armamento' casero, consistente en lanzacohetes y escudos artesanales y munición de piedras, tornillería y material pirotécnico" (El País). El 16 de junio se dio uno de los enfrentamientos más violentos en una localidad conocida como Pozo del Sotón, cuando la represión policial sobre uno de los cortes de carretera continuó al interior de un pozo minero y recibió la respuesta de los trabajadores, los que a fuerza de cohetazos resistieron más de una hora y volvieron a montar barricadas en la puerta principal del pozo.


A la huelga indefinida de la minería se sumó, el pasado lunes 18, una huelga general de todos los sectores en las comarcas carboneras de Asturias, Castilla, León, Aragón y Castilla-La Mancha. Según todas las crónicas, el acatamiento de la medida fue del cien por ciento: se trata de pueblos y regiones enteras que quedarían arruinadas con un eventual cierre de las minas. El día de huelga arrancó con cortes de casi veinte carreteras y dos vías ferroviarias en Asturias: la presencia de la Guardia Civil y la policía fue menor durante la mañana, ante el temor de provocar choques y enfrentamientos más graves. Al mediodía, una manifestación de 15 mil personas recorrió las calles de León, bajo el lema: ‘Quieren acabar con todo. No al cierre de la minería del carbón'. La marcha concluyó en la sede de la Diputación provincial, donde seis mineros realizan un "encierro" desde el 4 de junio. Esa misma tarde se realizó una manifestación de 50 mil personas en Langreo (Asturias).


Los sindicatos que actúan en la región minera son los mismos que tienen presencia mayoritariamente en todo el Estado español: Comisiones Obreras, históricamente ligado al Partido Comunista, y el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (Soma), fundado en 1910 e integrado en la UGT, afín a los socialistas. Ambos sindicatos realizan asambleas separadas y muchas veces piquetes y cortes diferenciados. Los dirigentes anunciaron que llamarán a una "movilización general" (no una huelga) en Asturias para julio, lo que en este cuadro significa un tiempo enorme. En lo inmediato, se acordó que el viernes 22 partirá -desde Asturias, León y Teruel- una "Marcha del Carbón" compuesta por grupos de 60 personas, que saldrán de las diferentes localidades y prevén llegar a Madrid el 11 de julio. En los últimos días, un grupo de mujeres de los pueblos mineros ya se manifestaron en Madrid y fueron desalojadas del Senado, cuando protestaban en la sesión que rechazó anular los ajustes impuestos en los presupuestos impulsados por el gobierno de Rajoy.


Nadie duda de que el conflicto está lejos de cerrarse. Según el diario El País (17/6), "la mítica memoria histórica de los mineros -aún muy viva en el colectivo- de la condición de ‘vanguardia' del movimiento obrero desde fines del XIX y su probada capacidad de organización y de resistencia son factores que contribuyen al temor de que haya una mayor escalada de tensión".