Internacionales
3/7/1997|546
Crisis bancaria y algo más
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En el curso de tres días, una ‘corrida bancaria’ insumió "500 millones de dólares de auxilio oficial", que "según versiones extraoficiales de autoridades públicas, tendría un costo potencial de 300 millones más al incluir a (los bancos intervenidos) Unión y BIP" (El Cronista ,18/6). Las reservas del Central alcanzaban, antes de la crisis, a los 1.000 millones de dólares, aproximadamente, y el PBI paraguayo no llega a 10 veces esa cifra.
En un primer momento se dijo que "el sistema financiero de Paraguay respira ante la venta de entidades" (Ambito, 19/6). Sin embargo, a pesar de la autorización para la entrada en escena del Hong Kong y Shangai Bank y del grupo IRSA de George Soros, que se quedarían entre otros con el Unión, "considerado el ‘buque insignia’ de la banca privada local" (Crónica, 19/6), una semana después, dice el mismo Ambito, "persiste la crisis financiera": "hay nueve bancos más en riesgo" (26/6).
Todo indica que estamos ante una crisis muy honda. Desencadenada en 1995, desde la Argentina, las ‘corridas’ de entonces, y la recesión que le siguieron, provocaron"una inyección de fondos públicos por 350 millones de dólares ... el Estado no recuperó un centavo de ese dinero, según admitieron voceros del gobierno"(Clarín, 30/10/96).
En base a un enfrentamiento abierto los partidarios de Wasmosy y un sector amparado en el partido Colorado, se desató una ola de denuncias contra el gobierno, que llevó al "arresto del ex-presidente del Banco Central" y al "procesamiento de cuatro directivos", a quienes Wasmosy se negó a remover de sus cargos (ídem). El Unión habría sido llevado a la bancarrota por manejos fraudulentos, dirigido por el "hermano del ministro de Industria y Comercio", quien "renunció, pero Wasmosy no le aceptó la dimisión" (Clarín, 25/6).
El partido Colorado "por primera vez en la historia" (La Nación, 27/6), es decir, desde que gobierna Paraguay hace más de 30 años, ha pedido la renuncia del presidente y de todo el gobierno. El principal sostén de éste ha pasado a ser la oposición de los ‘liberales’ de Laino —PLRA— y los centroizquierdistas del PEN, quienes están negociando en el parlamento una reforma del sistema bancario que favorece su extranjerización. Esta ‘oposición’ (especialmente el centroizquierda) se ha transformado en el principal sustento del régimen de los ‘barones de Itaipú’ que encarna Wasmosy, enfrentado en la actualidad con el partido Colorado, refugio de la vieja burguesía desplazada del stronismo. Wasmosy, está chocando violentamente con la fracción dirigente del partido Colorado, y según versiones, de no imponer su candidato para el 98, marcharía a un frente con aquella ‘oposición’, a cuyo candidato apoyó abiertamente en las recientes elecciones municipales de Asunción. Uno de los aspectos centrales de la política de Wasmosy, tiene que ver con una reestructuración agraria, en el marco de los acuerdos del Mercosur, que traería aparejado un agudo ataque a las condiciones campesinas. En Paraguay la población agraria tiene aún un carácter mayoritario. Por este motivo, el tradicional soporte colorado está haciendo agua.
Es toda esta situación la que explica que "se profundiza (la) crisis", con "huelgas, rumores de golpe de estado y pedidos de renuncia (que) sacuden al país"(Crónica, 26/6). Al cierre de esta edición los trabajadores estatales estaban protagonizando una huelga general contra una ‘reforma administrativa’ que provocará miles de despidos, contra una iniciativa legislativa apoyada también por la ‘oposición’.