Crisis en el alto mando militar sionista

Mientras Obama y Netanyahu discuten la guerra en Washington

Hay en desarrollo una crisis en el alto mando israelí. Son las derivaciones del llamado “caso Harpaz”. El jefe del Estado Mayor, el comandante Gabi Ashkenazi, calificado como ‘subversivo’ por un informe del Controlador, intentó torpedear la designación del general Galant, como su sucesor, por parte del Ministerio de Defensa, con el concurso de un oficial de reserva de cuestionada reputación. Harpaz, ex coronel, fue detenido luego de haberse probado la difusión de documentos falsos de su parte.

Lo más interesante en que Ashkenazi rechazó las acusaciones de intrigante contra él, asegurando que sus diferencias con el ministro de Defensa, Ehud Barak, eran de opinión, en un asunto militar de importancia. Ashkenazi se opone a un ataque militar a Irán. De cualquier modo, para el diario Haaretz, el ministro de Defensa de Israel “Ehud Barak, fracasó para supervisar el ejército” y la “seguridad de Israel ha sido confiada a una pandilla amateur de intrigantes”.

Estas intrigas tienen lugar cuando el primer ministro sionista, Netanyhau, se encuentra en Estados Unidos para sostener conversaciones con Obama. Según The Financial Times, “las diferencias entre los dos van más lejos que el tema Irán”, porque abordan de un modo distinto el desarrollo de conjunto de la revolución en los países árabes. Israel no acepta concesiones para contener este proceso; al contrario: ha acentuado el desplazamiento de la población palestina y la colonización sionista de los territorios ocupados. También sabotea una negociación de paz. Obama “capituló” ante su equivalente sionista, dice Financial Times, en todos estos asuntos. Estados Unidos está retrocediendo en el Medio Oriente sería “un problema para toda la región, no solamente para Washington”.

El diario inglés forma parte de la cohorte que reclama que Obama ‘ponga un límite’ a Israel, para evitar el incendio de la región; asegura que ésta es la posición del alto mando militar norteamericano. El abismo entre ambos campos crece. Después de perder autoridad ante las fuerzas armadas de Egipto, aflora una disputa por las fuerzas armadas de Israel, las que también están divididas acerca del ataque a Irán.

Irán es el terreno donde se dirimen estas disputas. Un ataque sionista sería el medio para verificar quién tiene la supremacía entre estos aliados inseparables. Ya ocurrió en ocasión del ataque anglo-francés-israelí contra Egipto, en 1956, y de nuevo en la llamada guerra de Kipur, en 1973. El ‘pacifismo’ de Obama se convertiría, de este modo, en una ‘incitación’ para que se concrete la agresión militar. Estados Unidos retornaría al centro de la situación, sobre el cadáver de otras miles de personas.