Daniel Ortega es reelecto en Nicaragua

Con el 62% de los votos, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL) triunfó en las elecciones presidenciales de Nicaragua. Daniel Ortega fue reelecto con una amplia diferencia sobre el empresario Fabio Gadea, del Partido Liberal Independiente (PLI, 30%); el candidato del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002), sólo logró el 6% de los votos. La diferencia en el caudal de votos a favor de Ortega se trasladó también a las elecciones de diputados nacionales (62,9%). En 2006, Daniel Ortega había sido electo con sólo el 37,99% de los votos.

La revolución “cristiana, socialista y solidaria” de Ortega se caracteriza por la continuidad de las políticas macroeconómicas de los gobiernos neoliberales precedentes y por la ratificación del tratado comercial entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (Cafta). Poco después de asumir su anterior mandato, Ortega firmó un acuerdo por tres años con el FMI, que incluyó un préstamo por 113 millones de dólares (las reservas de Nicaragua rondan los 500 millones). El FSLN colabora con el imperialismo en la llamada “lucha contra el narcotráfico, terrorismo y migración ilegal”. Ortega se encuentra, además, muy cercano a la Iglesia católica, cuestión por la que se opuso tajantemente al derecho al aborto.

Ortega se articula alrededor de la llamada “burguesía sandinista”, ligada al bloque dominante del FSLN, que surge al finalizar la revolución con las privatizaciones. El gobierno del FSLN ha articulado alianzas con el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y con los grupos financieros más fuertes de Nicaragua -como son el Grupo Lafise, Grupo Pellas y Grupo Banpro, entre otros.

Ortega ha creado una amplia red de subsidios y programas sociales. No obstante, según datos de la Encuesta de Hogares para la Medición de la Pobreza en Nicaragua -realizada en 2010 por la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg)- en el período 2005-2009 los índices de pobreza y de extrema pobreza se redujeron muy limitadamente.

Con el PBI más bajo del Hemisferio Occidental después de Haití y Mauritania, Nicaragua vive expuesta a los vaivenes internacionales, que en la próxima etapa serán más tumultuosos que nunca.