Internacionales

31/10/2017

[DEBATE] León Trotsky sobre Cataluña, respuesta a un artículo


El artículo "León Trotsky sobre Catauña" de Roberto Gramar y Christian Rath, publicado en la web de Prensa Obrera, no cumple el cometido de reflejar la verdadera posición de Trotsky sobre el asunto e incluso puede generar confusión respecto de las tareas estratégicas que están planteadas en la crisis actual. De hecho, contraría lo que venimos publicando en la Prensa al hacer afirmaciones tales como: “la analogía vale en más de un aspecto: períodos de intensa crisis, ascenso de la actividad independiente de las masas”… ¿Actividad independiente de las masas en Cataluña? Es todo lo contrario, todo el problema consiste en que no hay una acción independiente de las masas y mucho menos del proletariado, sino a remolque del nacionalismo burgués catalán (de un lado y español del otro).


 


Las citas tomadas de Trotsky están sacadas de contexto y están puestas en función de una conclusión política muy peligrosa para el presente: el nacionalismo catalán es progresivo (“el nacionalismo catalán es democrático revolucionario y el nacionalismo español es imperialista, los comunistas españoles tienen que valorar esta diferencia para no correr el riesgo de convertirse en agentes de la burguesía española”) ¿las consideraciones críticas deben supeditarse al carácter progresivo del nacionalismo?


 


Obviamente Trotsky diferencia el nacionalismo catalán del nacionalismo español y no cae (como Lutte Ouvriere) en una posición de neutralidad poniendo un signo igual entre ambos y considerando el tema como ajeno a la clase obrera. Pero esta diferenciación es un punto de partida solamente y no lo fundamental del análisis y la posición de Trosky.


 


León Trotsky sobre Cataluña


 


Trotsky escribió sobre el tema entre 1931, año en que Esquerra Republicana consigue mayoría en Barcelona y declara la República Catalana como Estado integrante de la Confederación Ibérica y llegan al acuerdo con el gobierno central de poner en pie una autonomía devolviendo el nombre de Generalitat al gobierno catalán; y 1936, ante la liquidación del levantamiento militar en Cataluña que había creado, más claramente aún que en el resto de España, una situación de doble poder entre las autoridades de la Generalitat – el presidente Companys – y los comités construidos por los militantes obreros, esencialmente de la CNT, en las ciudades, los pueblos y los barrios de Barcelona. En todos los casos la posición estratégica de Trosky siempre fue la de una Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas (¡cosa que el artículo ni menciona!), expresión concreta de un gobierno de trabajadores en la península ibérica, aunque por supuesto, entre 1931 y 1936 el contexto político fue variando. En términos generales la recomendación de Trotsky siempre fue marchar de forma independiente del nacionalismo, no adoptar su programa y sobre todo esforzarse por construir una organización propia sobre la base de la delimitación. Vale retomar una cita que ya publicamos en la prensa:


 


“¿Qué significado tiene el programa del separatismo? La desmembración política y económica de España, o, dicho de otro modo, la transformación de la península Ibérica en una especie de península Balcánica, con estados independientes, barreras aduaneras, con ejércitos independientes y con guerras hispánicas " independientes"… Los obreros y los campesinos de las diferentes partes de España, ¿están interesados en el desmembramiento económico del país? De ninguna manera. Precisamente por esto, es nefasto identificar la decisiva lucha por el derecho a la autodeterminación, con la propaganda separatista. Nuestro programa es la Federación Hispánica, con el elemento indispensable de unidad económica. No tenemos intención de imponer este programa a las nacionalidades oprimidas de la península con la ayuda de las armas burguesas. En este sentido, estamos sinceramente por el derecho a la autodeterminación” (La cuestión nacional en Cataluña, L. Trotsky, 1931).


 


La referencia a la balcanización (y su diferenciación respecto a la autodeterminación que siempre defendimos) es más oportuna que nunca después del desmembramiento de Yugoslavia. Como ya escribimos en Prensa Obrera polemizando con la izquierda anticapitalista (y con el PTS e IS): a cien años de la revolución de Octubre, el partido más consecuente con la autodeterminación nacional (los bolcheviques) construyeron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


 


En términos generales la preocupación de Trotsky era dotar al proletariado de un programa para que se erigiese como caudillo ante la crisis. Por eso un artículo de Trotsky sobre Cataluña no puede dejar de lado el desenlace de las discusiones de Trotsky y el POUM sobre este tema, que son la clave para no repetir una historia trágica de forma farsesca: El POUM decide colaborar con el gobierno de Cataluña y la Generalitat desactiva los comités obreros (base sobre la cual Trotsky consideraba que era posible un gobierno obrero en Cataluña que fuera la punta de lanza de una Federación Socialista de toda la península). En enero de 1937 Trotsky escribe: “el POUM es el blanco de los ataques de los estalinistas, merece recibir apoyo material y moral por parte de los revolucionarios, aunque ya no se le puede otorgar un apoyo político”. El seguidismo a un nacionalismo catalán que viene aplicando un ajuste brutal contra su propio pueblo traería consecuencias fatales para la vanguardia revolucionaria, la revisión de la historia de la revolución y la guerra civil españolas refuerzan esta conclusión fundamental.