Internacionales
4/7/2013|1275
Declaración de Edward Snowden en Moscú
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Hace una semana me fui de Hong Kong después de que quedó claro que mi libertad y mi seguridad estaban amenazadas por revelar la verdad.
Mi libertad continúa debido a los esfuerzos de los nuevos y viejos amigos, familiares y otras personas que nunca he conocido y probablemente nunca conoceré. Confié en ellos con mi vida y me devolvieron esa confianza con una fe en mí que siempre estaré agradecido.
El jueves, el presidente Obama declaró ante el mundo que no iba a permitir ningún "teje y maneje" (tironeo) diplomático sobre mi caso.
Sin embargo, ahora se ha informado que después de haber prometido no hacerlo, el Presidente ordenó a su vicepresidente presionar a los dirigentes de las naciones a las cuales he solicitado protección para que nieguen mis peticiones de asilo.
Este tipo de engaño de un líder mundial no es justicia, como tampoco lo es la pena extralegal del exilio. Estas son las viejas y burdas herramientas de la agresión política. Su propósito es asustar, no a mí, sino a los que quieren venir tras de mí. Durante décadas, los Estados Unidos de América han sido uno de los más fuertes defensores del derecho humano de solicitud de asilo.
Lamentablemente, este derecho, diseñado y votado por los Estados Unidos en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, está siendo ahora rechazado por el actual gobierno de mi país. La administración Obama ha adoptado la estrategia de utilizar la ciudadanía como un arma. Aunque yo no estoy condenado a nada, se ha revocado unilateralmente mi pasaporte, dejándome como un apátrida. Sin ningún tipo de orden judicial, la administración pretende ahora impedirme ejercer un derecho fundamental. Un derecho que pertenece a todos. El derecho a solicitar asilo. Finalmente, la administración de Obama no tiene temor de los denunciantes como yo, como Bradley Manning o Thomas Drake. Somos dejados apátridas, somos encarcelados, o sin posibilidades de poder. No, la administración de Obama tiene miedo de ustedes. Tiene miedo de una sociedad informada, de un publico enojado que exija al gobierno constitucional lo que se le prometió -y que debería ser.
Sigo indoblegable en mis convicciones e impresionado por los esfuerzos realizados por tanta gente.
1º de julio de 2013