Declaración del Partido Obrero al V° Encuentro del Foro de San Pablo

Resulta evidente para cualquiera el empeño exitoso de una mayoría de las organizaciones del Foro de San Pablo para consumar la com­pleta desnaturalización del movimiento que pretendió ser en sus comienzos un Encuentro de Partidos y Organizaciones de Izquier­da y Antiimperialistas de América Latina. Cualesquiera hayan sido las manifiestas limi­taciones políticas dé la convocatoria inicial, ésta podía adjudicarse el acierto de propugnar la necesidad de la acción común, continental e internacional, de las organizaciones vincula­das, a veces realmente, otras por tradición o reminiscencia histórica, a la lucha de las masas explotadas latinoamericanas.


La modificación inconsulta del nombre ori­ginal por el de Foro de San Pablo delató ense­guida la intención de sustituir la necesidad de formular políticas comunes, cuyo acierto debía luego ser evaluado a la luz de los resultados de una experiencia práctica de lucha, por una suerte de “taller” puramente académico, o sea, reemplazar la política por el charlatanerismo. Ningún compañero de las organizaciones per­tenecientes al Foro podrá discrepar con la con­clusión de que la despolitización (en este caso introducida como objetivo consiente), no puede concluir en otra cosa que en el encubrimiento de políticas objetivamente derechistas. En efecto, la reivindicación inicial del socialismo, por cier­to que realizada en forma abstracta, dio paso, más o menos inmediatamente, a la reivindica­ción de la “economía de mercado con justi­cia social”, es decir, a una política pro-capita­lista y pro-imperialista adornada por la dema­gogia social.


Si bien la constatación de este pasaje abierto a posiciones anti-nacionales y anti-obreras forma parte de las divergencias políticas entre las organizaciones del Foro, el ingreso de algunos partidos de éste a los gobiernos burgueses, “neo-liberales” y proimperialistas de nues­tros países, va más allá del debate, pues con­fronta a dos bandos. En oportunidad del Encuentro realizado en La Habana, nuestro Partido Obrero señaló la impostura de que el Foro entre sus miembros, incluso en el Grupo Movimiento Bolivia Libre, que acababa de formar gobierno con el súper-gorila Gonzalo Sánchez de Lozada. También denunciamos esa oportunidad la represión contra la huelga de los choferes de ómnibus de la ciudad de San Pablo, Brasil, llevada a cabo por de la ciudad, afiliada al PT. En el propio Encuentro de La Habana, nuestro delegado denuncio la represión a los luchadores populares en la ciudad de León, Nicaragua, por parte de la jefatura del ESLN, lo cual dio lugar a un ambiguo deslinde de responsabilidades de parte del delegado del FSLN en el Encuentro, Daniel Ortega. En la misma reunión de La Habana, los delegados de Causa Radical de Venezuela denunciaron a las delegaciones del Foro que habían apoyado a Carlos Andrés Pé­rez cuando el levantamiento del coronel Hugo Chávez. El delegado del FMLN, Shafick Handal, pretendió desvirtuar todas estas denun­cias con el argumento de que el Foro no era la IIP Internacional (¡ni falta hace decirlo!), aunque el verdadero objetivo de Shafick era justifi­car el programa privatizador que había presentado a la reunión y, como luego que pudo apreciar en la votación de la Declaración final, poder meter de contrabando una propuesta de acuer­do con el gobierno de Clinton.


Ahora, cuando está a punto de iniciarse el V° Encuentro, las organizaciones del Foro no pue­den eludir más su responsabilidad. En uno de nuestros países, Bolivia, el movimiento obrero declaró, a partir de abril, una huelga general indefinida en defensa de la educación pública, de un pliego nacional de reclamos y de defensa de los campesinos cultivadores de coca. El clero, la gran empresa y el imperialismo yanqui se colocaron abiertamente del lado oficial, porque defendían la clericalización y privatización de la enseñanza, así como la expulsión de los campesinos de sus tierras; el gobierno de los Estados Unidos amenazó con una invasión del país para el caso de que no se ejecutara su reclamo de erradicación de los cultivos de coca.


La masividad y radicalización del movi­miento popular fue respondida por el gobierno de Sánchez de Lozada, un gobierno del MNR y del Movimiento Bolivia Libre, con la declara­ción del estado de sitio y el confinamiento en regiones inhóspitas de más de 500 dirigentes y luchadores sindicales y campesinos. El Movi­miento Bolivia Libre es miembro del Foro y fue ratificado en su calidad de miembro del Grupo de Trabajo en el Encuentro de La Habana, a pesar de las denuncias efectuadas en el En­cuentro por parte del Partido Obrero. Durante la huelga general y el Estado de sitio en Bolivia, siguió formando parte del Grupo de Trabajo. En contraste con esto, Amnesty International pro­testó contra los “maltrato” a que fueron so­metidos los detenidos en sus domicilios y en los centros de detención (Presencia, La Paz, 22/4/ 95), la Universidad de Siglo XX denunció la desaparición de estudiantes (ídem) y la Confe­deración Alemana de Sindicatos DGB “conde­nó la detención de más de 300 sindicalis­tas y opositores en Bolivia (Presencía ,30/4/ 95).


Las cosas son muy claras: el MBL debe ser expulsado de inmediato del Foro de San Pablo y éste debe comenzar una campaña contra la represión a los trabajadores bolivianos y de apoyo a sus reivindicaciones educacionales, sociales y agrarias. Está en juego la democracia política. En toda América Latina se está libran­do una lucha decisiva contra el descuartiza­miento de la educación pública y su entrega a los pulpos imperialistas. El incumplimiento con la expulsión del MBL transformaría al Foro en una organización cómplice de los opresores sanguinarios de nuestros pueblos. La conver­sión del Foro en un Taller no deberá ser el pretexto para obviar esa medida; después de todo, con los verdugos no hay lugar para el debate. Las limitaciones políticas del Foro de San Pablo han llegado a su último extremo.


La dirección del MBL no esconde su política ni se esconde ella misma. “Miguel Urioste, diputado por Chuquisaca y presidente en ejercicio del Movimiento Bolivia Libre (MBL), en su intervención de justificación del voto (del estado de sitio) en el Congre­so, señaló que su partido es consciente de los profundos cambios que lleva adelante la coalición de gobierno…” (Presencia , 21/4). Se refiere a la “privatización” integral de la economía y educación bolivianas y a la suje­ción completa al imperialismo yanqui, es decir, a la política de los Fujimori, Menem y Zedillos bolivianos. Aníbal Jérez, responsable del MBL por el departamento de Santa Cruz de la Sierra, prefirió justificar el apoyo al estado de sitio de otra manera: era una opción, dijo, “entre un gobierno trotskista y uno del MNR” (Presencía ,20/4/95).


El Vº Encuentro debe votar la expulsión del MBL en el primer punto de la agenda y proce­der luego a discutir las razones políticas que han convertido al Foro de San Pablo en un refugio político de partidos rompe-huelgas y proimperialistas. Cualquier intento de esqui­varla responsabilidad de votar la expulsión del MBL solamemente significará anunciar colecti­vamente que el conjunto de las organizaciones del Foro pretende seguir d camino del MBL en circunstancias similares


Buenos Aires, 15 de mayo de 1995