Defendamos a los compañeros bolivianos

Detrás de los brutales ataques a los quinteros bolivianos de Esco­bar -que incluyen el robo, las gol­pizas y la tortura- está la mano de la policía bonaerense y los orga­nismos de seguridad del Estado.


¿Quiénes si no pueden realizar las tareas de ‘inteligencia’ necesarias para estos ataques y actuar en ‘comandos’ que continúan ‘operando’ a pesar de que algunos de sus miembros fueron detenidos? ¿Quién entra si no a las viviendas pateando las puertas y gritando “¡policía!”? ¿Quién sino la policía puede permanecer dos o tres horas en una quinta sin temor a ser descubierto? ¿O emplear métodos de tortura tan variados como la picana eléctrica, las quemaduras o el ‘submarino’? ¿Quién si no los organismos represivos pueden hacer todo esto mientras destilan la porquería ‘ideológica’ racista y xenófoba?


Es la bonaerense de Ruckauf y la policía de Escobar, la policía de Patti, dos campeones de la ‘mano dura’. Precisamente Patti ha salido a reclamar ‘mano dura’ y ‘rigor en los interrogatorios, es decir el derecho a la tortura legal de los sospechosos, para dar con los atacantes de los quinteros bolivianos. Pero, para detenerlos, al intendente de Escobar le alcanzaría con recorrer las comisarías de su distrito y verificar los entramados entre policías y delincuentes.


Detrás de la mafia policial está la mafia inmobiliaria. Los grupos fascistas aterrorizan a los quinteros bolivianos para que malvendan sus tierras y se vayan. En la vecina Pilar, se registra un verdadero boom de construcción de ‘countries’, ‘clubes de campo’, hoteles cinco estrellas, campos de golf y grandes supermercados. Como en ese distrito los terrenos ya han sido completamente acaparados, el negocio inmobiliario ha comenzado a extenderse a Escobar, pero allí se encuentra limitado por las quintas. Los ‘coun


tries’ no puede extenderse en Escobar sin desalojar a los actuales ocupantes de las tierras, los quinteros. Como consecuencia de los ataques, en Escobar “hay zonas donde ya se han ido el 50% de las familias bolivianas que alquilaban y hay muchas tierras en venta” (Página! 12, 24/6).


Los ataques contra las familias bolivianas de Escobar fueron preparados, incluso, con una ‘campaña de prensa’ financiada por los grandes grupos inmobiliarios. Un conjunto de radios, entre las que se destaca la Radio 10, del derechista Daniel Haddad, ha lanzado una campaña fascista contra los inmigrantes, a los que describe como “sucios, tramposos, vagos, delincuentes, que gustan vivir hacinados”. Reclama la expulsión de los inmigrantes, en particular peruanos y bolivianos. No muy casualmente, los ataques contra los quinteros bolivianos de Escobar comenzaron en mayo, poco después de que esta campaña mediática alcanzó su clímax.


Y detrás de la mafia inmobiliaria está la maffia del aparato del Estado ‘democrático’ y sus representantes. El crecimiento de los ‘countries’ y la expulsión de trabajadores de los distritos ha sido “acompañado con fervor por las administraciones locales de la zona, desde el intendente Luis Patti de Escobar hasta su par Ricardo Bossani, de Exaltación de la Cruz” (ídem).


Los que están detrás de los ataques no son simples banditas de rateros; es el aparato del Estado. No serán ellos los que pongan presos a los atacantes. Para parar en seco a los fascistas de la ‘patria inmobiliaria es necesaria la movilización popular.