Defendamos al pueblo palestino


En el debate en el parlamento israelí en octubre de 2004 sobre “el retiro unilateral de Gaza” de Sharon, Fuad Ben Eliécer, del partido “laborista” israelí, señaló que si, después de la “retirada unilateral”, provenía alguna actividad de resistencia de Gaza, entonces el ejército israelí “no debería dejar piedra sobre piedra”. A principios de este mes se reportó que “el ejército está avanzando en base a un plan de trabajo que está por provocar otro violento baño de sangre con los palestinos”.


 


Hace sólo tres semanas, Dichter, ministro de Seguridad Interior, expuso su plan para “reocupar partes de Gaza” y “transformar Beit Hanoun en un pueblo fantasma”.


 


El ejército israelí ha comenzado sus represalias, según su muy conocido modus operandi —destrucción de infraestructura, empezando con puentes e instalaciones de generación eléctrica. El ejército israelí dijo que esto era para prevenir que los captores del soldado Gilad Shalit lo llevaran de un lado a otro. Esto no tiene nada que ver con salvar la vida del soldado Shalit. Ello requeriría tácticas diferentes. La suya es otra vida que es prescindible para la causa de la dominación sionista.


 


Lo cierto es que el raid palestino a la base de blindados de Kerem Shalom le dio un golpe político al sionismo. Claramente, el ataque a una de las instalaciones militares que durante semanas bombardeó al pueblo de la Franja de Gaza no puede ser caracterizado como un “martirio” o “guerra santa”. Fue un elemental acto de defensa propia por parte de un pueblo oprimido.


 


Además, el reclamo de poner en libertad a los niños y mujeres prisioneros políticos era razonable.


 


El poder del sionismo se basa en el mito de la invencibilidad israelí. La “invencibilidad” ha sufrido un golpe.


 


En estas circunstancias, uno se pregunta que espera alcanzar Mahmoud Abbas e Ismail Haniyeh con su reciente acuerdo. Ahora, la única propuesta racional es un frente unido para defender al pueblo de Palestina, que debe ser organizado con celeridad en la Franja de Gaza, en Tel Aviv y en todas partes.