Del rescate de los bancos a la nacionalización bancaria

La respuesta a la tercera reducción de la tasa de interés de la FED (el banco emisor de Estados Unidos) fue una generalizada caída de las Bolsas. Este ‘estímulo’ para los negocios resultó un depresivo.


A las 24 horas, cuatro bancos centrales anunciaron un plan de préstamos, a baja tasa de interés, por un valor cercano a los 65.000 millones de dólares, en la expectativa de superar la contracción del crédito entre bancos. Estos han dejado de prestarse entre sí debido a la falta de confianza. Este nuevo ‘estímulo’ tuvo el mismo resultado que el anterior, a pesar de que los bancos podían ofrecer como garantías las hipotecas deterioradas que son la causa inmediata de la presente crisis. El plan de préstamos es, así, una suerte de ‘socialización’ de las pérdidas de los bancos y un paso hacia la nacionalización de los bancos quebrados.


“Muy tarde, muy poco”


El rescate deja afuera a los fondos de crédito que los bancos han creado al margen de sus balances para escapar a la regulación de las autoridades monetarias.


El fondo de capitales Cerberus, que compró la automotriz Chrysler, ahora no logra obtener el capital para finalizar la adquisición; le faltan 4.000 millones de dólares. La quiebra de Cerberus se llevaría puesta a Chrysler.


Citigroup tiene siete entidades de créditos, los llamados “vehículos de inversión estructurada” (SIV). “Citigroup, magullado por pérdidas que se amontonan, está rescatando a siete entidades afiliadas, lo cual incorpora 49.000 millones de dólares de pérdidas a su balance, reduciendo aún más su mermado capital de base” (The Wall Street Journal, 14/12). El capital del Citi pasó de 320.000 a 160.000 millones de dólares. Un grupo árabe que acaba de comprar el 4,5% de las acciones del Citi, pagó 7.500 millones de dólares. Para obtener dinero, el banco tiene que reconocer la pérdida habida en su patrimonio. El capital del Citi se encuentra en el límite de las condiciones de capital mínimo para funcionar (6%); con activos de 2,2 billones de dólares — su capital, de un poco más del 7%—, no cubre las exigencias adicionales que requieren sus activos deteriorados.


Los fondos estructurados por el Banco Bear and Sterns han perdido el 100% del capital de 600 millones de dólares, luego de haberse endeudado por 6.000 millones de dólares para re-prestarlos en el mercado de hipotecas. La quiebra de estos fondos fue el puntapié inicial la crisis bancaria.


¿Nacionalizar la banca?


El Banco de Inglaterra otorgó una ayuda temporaria al colapsado Northern Rock, por más de 50.000 millones de dólares, hasta que encontrara un comprador. Pero nadie lo compra y el capital del “auxilio” se diluye. Ahora, “el gobierno estuvo preparando un plan de contingencia para una posible nacionalización del Northern Rock” (The Guardian, 14/12). El “goteo continúo de fondos” por el “retiro de depositantes” apresuró la decisión. Para The Economist (13/12), con “la ampliación del rango de avales aceptados, los bancos centrales están tomando más riesgo dentro de sus balances”.


El Financial Times (15/12) recomienda prestar por “montos ilimitados, contra cualquier aval, a la tasa base (…) como el Banco de Japón lo hizo en 2001”.


Una nacionalización de la banca supondría una crisis recesiva profunda y global, y la adopción de una organización económica regulada o racionada, con devaluaciones entre las monedas, enfrentamientos de países, o sea con la prevalencia de los intereses nacionales sobre la ‘globalización’.